Tras los últimos resultados negativos de los Rayados, las críticas en los medios de comunicación abundaron, internamente la confianza sufrió un duro golpe y la realidad causó sorpresa e inquietud entre sus aficionados.
Señores, no se requiere haber jugado al futbol y tampoco ser un estudioso de este deporte para percibir, partido tras partido que han jugado en la Liga y en la Copa MX, que el Monterrey colectivamente no existe.
Tampoco es necesaria mucha sapiencia para ver que esas carencias colectivas estuvieron disfrazadas de una buena cantidad de puntos conquistados por la iniciativa individual.
Por eso considero un grave error, y me niego a ser uno de esos muchos resultadistas, que de hecho me enferman de coraje, que ilusionen a los aficionados creando una imagen surrealista de los equipos.
No está de más saber que el surrealismo es irreflexivo y está despojado de toda referencia a lo real.
De mi parte, las críticas hacia Carlos Barra son las mismas desde el arranque del torneo, sin embargo, otros que alababan al técnico rayado por tener a su equipo en los primeros lugares de la tabla general han cambiado radicalmente su forma de dirigirse al equipo rayado.
¿A poco ustedes han visto que lo que se intentó y lo logrado en esos últimos tres juegos que perdieron, futbolisticamente hablando, fue algo totalmente distinto a lo que los llevó a compartir con el América el liderato del torneo en la jornada 7?
Si ustedes son de los que se preguntan qué le pasó al Monterrey, la respuesta es obvia y contundente: no le pasó nada.
Este equipo, que fue derrotado dos veces seguidas por Santos, que acaba de percibir el amargo sabor del fracaso en la Copa MX y que cayó frente al Toluca el fin de semana pasado en la Liga, fue el mismo de todo el torneo, pero sin la carcasa protectora, y muchas veces engañosa, que los resultados positivos suelen traer.
Mañana, el futbol le dará a Rayados otra oportunidad para cambiar de chip, dejar de ser un plantel dependiente de las individualidades y convertirse en un verdadero equipo que regrese al futbol asociación.
De no ser así, vayan preparándose porque podrían ligar su cuarta derrota consecutiva.
Atlas viene entusiasmado y con la confianza que otorga un buen sistema táctico, mucho dinamismo y un juego colectivo en donde todos trabajan parejo en la recuperación de la pelota. Todo eso se llama equilibrio, cosa que su adversario en turno todavía no ha logrado tener.
MÁS CHANCE AFUERA A Tigres le falta mucho, pero dentro de sus carencias se ve menos mal jugando como visitante.
El no ser el obligado a proponer le facilita la vida al señor Ferretti.
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