Ante la novedad, altas expectativas, Ronaldinho llegó, vio, pero no venció como se esperaba en su primera aparición. En efecto, el entorno se prestó para que al menos explotara uno de sus más altos potenciales, aquello que, en sus múltiples años de gloria, fue simple rutina: anotar un penal con el estadio lleno... Sin embargo, después de fallar, el orgullo le impidió abandonar el encuentro. Los restantes 30 minutos, imagino, fueron de auténtica pesadez en la cancha del Corregidora, en espera de alguna nueva oportunidad, pero nulas posibilidades.
Pocos acontecimientos causan tanta desilusión como un héroe incapaz de cumplir expectativas y pocos ciudadanos del mundo tan triunfalistas como los mexicanos. La llegada de Ronaldinho para los queretanos no ha sido una contratación, sino un advenimiento. Por lo mismo, no se le está permitido fallar penales. No es culpa de los queretanos. Sin ir más lejos, en estas fechas celebramos la independencia de México, pero en realidad se celebra es el inicio de la lucha de Independencia, que se prolongó por ¡11 años! Es decir, para ser congruentes con la bienvenida y festejos por la llegada de Ronaldinho, los mexicanos celebramos cada 15 y 16 de septiembre el inicio del partido, no el resultado final que afortunadamente se dio a nuestro favor. Por lo mismo, no es de extrañarse que la afición visualice, desde que se dio a conocer su contratación, las gambetas que no ha realizado, los goles de tiro libre que no ha cobrado y ¿por que no? Los penales que no había ejecutado.
En 1992 Hugo Sánchez regresó a México, América le contrató con bombos y platillos tras su extraordinaria carrera en Atlético y Real Madrid. Su partido de presentación en pretemporada fue contra Atlante. El estadio Azteca registró una gran entrada, pero ni América ganó, ni Hugo anotó: 2-2. Se decidió hacer una serie de penales para que el Penta anotara su primer gol con la nueva playera. Para sorpresa de todos, Hugo falló, su disparo fue al poste. Fue el inicio de una temporada muy difícil para una gran estrella, quizá el mejor delantero de su época.
Ronaldinho ya le "midió al agua a los camotes" en México, se dio cuenta que si en la Copa no tuvo espacios, en la Liga tendrá mucho menos chance de poseer el balón. Fue evidente que su estado físico es insuficiente para disputar un partido de primera división completo y, el domingo, cuando se presente junto a Querétaro en Guadalajara, cargará una presión extra por seguir siendo una novedad, por crear altísimas expectativas, pero sobre todo, porque en esta ocasión no bastará con llegar y ver, sino que será necesario vencer.
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