Tal parece que a ultimas fechas, erigirse como estandarte de la Selección Nacional, o al menos aceptar la designación, es asunto quemante. Renunciar a la Selección o retirarse de ella se ha vuelto tema común. Claro, si te llamas Philip Lahm o Miroslav Klose y tienes un larguísimo y exitoso historial sellado con un título mundial, difícilmente alguien podrá cuestionarlo, pero si tu renuncia es para disfrutar de tu familia por un año, por "motivos personales", por berrinches o porque te aburren las concentraciones y los viajes, mereces la crítica lapidaria y el drástico señalamiento de antipatriota.
Desde Johan Cruyff hasta Salcido y Vela, pasando por Riquelme, Schuster, Chilavert, Redondo, Carvalho, Ballack o Eto'o, todos ellos jugadores muy importantes para sus respectivos países, que en su momento declinaron el honor de representar a su nación.
En la Selección Mexicana el tema va un poco más allá, pues a las negativas de vestir los colores, se suma la aparente ausencia de liderazgo, más el rechazo de la capitanía, lo que a todas luces debe ser otra gran distinción. Es cierto, con gafete o sin gafete de capitán, la influencia de los jugadores en el grupo no debería cambiar, pero sí la imagen que no puede quedar a un lado. Con tres Copas del Mundo, casi 100 partidos con Selección y una carrera extraordinaria, el 'Maza' Rodríguez declinó la distinción y Andrés Guardado entró al relevo. Es un tema que bien pudo no hacerse público, pero una vez que lo sabemos, es inevitable reflexionar sobre esta negativa.
Sobre la capitanía que estrena frente a Chile, Andrés Guardado dijo: "Es una responsabilidad, un sueño cumplido... una aspiración que todo jugador debe tener. Estoy agradecido con Miguel".
La polémica por la capitanía se disipó cuando Miguel Herrera convocó a Rafael Márquez para la Copa del Mundo; pero al no estar el hoy defensa del Hellas Verona, se reaviva el tema sobre las implicaciones de ilusión y responsabilidad que, de acuerdo con Guardado, en todo capitán deben ser un valor entendido.
Resulta contradictorio que en una Selección que posee al capitán récord en la historia de los Mundiales (Rafa Márquez en cuatro ediciones), sea tan problemático despertar interés por ese lugar.
Las razones para el rechazo del "Maza", así como el retiro de la Selección de Salcido no suenan muy convincentes. Ellos y todos los que han decidido renunciar a su Selección tienen sus motivos, sólo valdría recordarles que la carrera es demasiado corta y la nostalgia, una vez terminada, demasiado larga como para despreciar un representativo nacional.
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