No hace mucho había quienes se quejaban de los toques laterales y de la poca profundidad que enojaban a muchos y hacían dormir a otros cuantos.
Ayer, ese futbol de Tigres de paciencia y posesión de pelota sufrió un cambio radical al ser sustituido por los pelotazos frontales, su nueva forma de atacar, y un enorme e improductivo desgaste físico huérfano de ideas claras.
Con la ausencia de Burbano también se quedaron fuera de la cancha el atrevimiento, la movilidad y una variante que nunca existió con Damián Álvarez, Lugo y Guerrón.
Al verlos jugar mal y caer 2-0 como local me vino a la mente la declaración del joven Briseño que en la rueda de prensa nos preguntó a los que cuestionamos la veracidad de la goleada frente a Monarcas: "¿Qué quieren ustedes (los medios)?, metimos 5 goles y todavía nos critican".
Lo que yo quiero es ver a Tigres jugar acorde a su calidad; lo que quiero es evitar que jugadores como él creen una falsa expectativa y una imagen equívoca de cómo juega su equipo apoyado en una falsa goleada en que su adversario se "autometió" 3 goles.
Lo que yo quiero es que los aficionados vean y entiendan la realidad de lo que sucede dentro de la cancha.
Este Tigres juega mal al futbol y hoy, al enfrentarse a un equipo que viene jugando bien, quedó demostrado que esta versión felina sólo ha respondido bien en el papel.
NO ME GUSTA Esperé siete jornadas para ver un cambio en el chato futbol del Monterrey de Carlos Barra, pero al parecer lo que he visto y criticado hasta ahora es su actual realidad.
Decir que su plantel tiene capacidad para ganar partidos sale sobrando, pero creo que debemos ir perdiendo la esperanza de verlo agradar con un desarrollo futbolístico convincente.
Otra vez el contragolpe fue definitivo; otra vez los muchos errores cometidos por su adversario ya dentro del área rayada volvieron a sucumbir frente a un acierto ofensivo de Monterrey.
Otra vez la historia está siendo contada con una sonrisa en el rostro y una angustia en el corazón.
No puedo evitar decirlo: no me gusta cómo juegan los Rayados.
Al Monterrey lo analizo con ganas de encontrar motivos para creer en el futbol que está jugando, pero me topo con inconsistencias, fortuna e incompetencia de los rivales.
Lo positivo han sido los momentos de inspiración de algunas de sus individualidades, pero ¿cuánto tiempo más eso funcionará?
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