Cruz Azul se tambalea prematuramente en el torneo. Parece hora oportuna para intentar modificar lo que se viene haciendo consistentemente en formación y nombres.
Algún día me explicará Luis Fernando Tena qué lo obliga a jugar necesariamente con dos contenciones, por ejemplo, cuando es local. Cinco puntos en cinco partidos de Liga, la Concacaf se escapa, el Mundial de Clubes está a la vuelta de la esquina, y Cruz Azul muestra más dudas que certeza en su funcionamiento.
Lo curioso es que hace algunos meses, con los mismos jugadores y dibujo táctico, dominó la Liga hasta que el León los devolvió a la realidad de Liguilla tan acostumbrada. Parecen los tiempos para dar una sacudida a los titulares habituales, tiempo para probar con jugadores que presenten un mejor ritmo y mayor intensidad.
No es uno de los atributos de Tena echar mano de los jóvenes, pero es evidente que se requiere una refrescadita que mueva conciencias y, por ende, voluntades. Ahora se avecina el peligrosísimo equipo queretano, Cruz Azul no tiene otra que dar un golpe de autoridad con un futbol agresivo que supone riesgos defensivos con toda obviedad.
No hay de otra, el torneo se hace adolescente y aunque está a nada de una probable clasificación, los celestes requieren encontrar pronto su mejor versión futbolística antes de que la desconfianza vuelva a contagiar a todos.
La derrota contra el Chorrillo panameño enciende luces de alerta, quieran o no reconocerlo entre jugadores y cuerpo técnico. Un Cruz Azul que cuándo pretende agregar vértigo pierde precisión, y cuando encuentre pases justos no cuenta con la aceleración que clarifique sus aproximaciones.
Es muy fácil achacarle gran parte de la responsabilidad a Pavone. Es cierto, su tarea principal es meter goles y no ha estado fino, pero en la medida que un "9" con tanto sacrificio juega de espalda, como poste, se supone que abre los espacios para que otros tengan la oportunidad de definir.
Así pasó el torneo anterior con cuotas de goleo repartidas entre varios que hoy no aparecen frente al marco para meterla. A Marruecos, contra San Lorenzo y Real Madrid con este momento futbolístico, Cruz Azul está para un papelón, en el mejor de los casos.
Entre las bajas de juego de algunos y la insistencia del técnico por utilizar a los mismos, los celestes hacen partidos incompletos: de mucho dominio y poca contundencia, o de poca llegada y errores defensivos.
Tampoco se ve tan improbable la mejoría, pero parece necesario experimentar algunas modificaciones que finalmente redunden en victoria y en confianza acumulada. Urge.
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