Hemos llegado a lo que en Gran Bretaña se le conoce como "Half Term", aunque en verdad es un poco más. Han pasado 11 carreras y restan 8 más, de una temporada que empezó muy difícil, complicada y con mucha polémica. Pero, como siempre, la F1 resucitó de un inicio que parecía un suicidio; ya nos acostumbramos a la falta del ruido a cambio de batallas peleadas rueda con rueda en casi todas las carreras.
Para mí, el peor problema es la manera tan drástica como se encareció el presupuesto de la F1. Hoy en día, es casi sólo un privilegio para las grandes casas automovilísticas, y la distancia con los demás equipos cada vez será mayor. Si antes era difícil ingresar en la F1, ahora es imposible. La F1 ha sido un vehículo para hacer una pequeña fortuna, ¡el problema es que tienes que empezar con una grande!
Sin duda, la revelación del año han sido los Williams, Daniel Ricciardo y Valtteri Bottas. De Mercedes, esperábamos que sería un equipo que lucharía por el título, aunque no con la fuerza que lo ha hecho.
Ricciardo se adaptó al Red Bull como pato al agua, además de ser la imagen fresca y sonriente en la F1 sin quitarle lo fino y lo valiente.
El australiano ha sido el único capaz de arrebatarle victorias a Mercedes, lo que ha puesto en duda el talento del tetracampeón Vettel; ¿cuánto es el coche y cuánto son las manos?
Williams, el tercer equipo de la historia con más triunfos, por fin volvió a los podios y trajo sonrisas a todo el paddock. Valtteri Bottas se reveló como futuro piloto top, que podrá subir al cajón superior del podio tan pronto Williams recuerde cómo manejar un equipo a este nivel como en el pasado.
McLaren es la gran decepción por segundo año consecutivo, muy lejos de lo que ha sido; y Ferrari, como siempre, irrompible, pero no corre, le falta tracción, carga aerodinámica y están donde están gracias a Fernando Alonso. Force India, en ascenso gracias al motor Mercedes y a un buen manejo en carrera.
Fuera de la pista, el mandamás de la F1, Bernie Ecclestone, la libró de cumplir una posible pena de cárcel, por el presunto soborno a un banquero alemán de BayernLB, ¡por un acuerdo con la fiscalía alemana por el que tuvo que pagar 75 millones de euros! No hay duda que la justicia no es igual para todos.
Ecclestone dijo: "así funcionan las cosas en Alemania, es triste pagar tanto dinero, pero más triste sería no tener el dinero".
Nunca pensé que a los 83 años pudiera ir a prisión de haber sido hallado culpable, pero la F1 está contenta de que pueda volver a su puesto y controlar el deporte. La pregunta es, ¿por cuánto tiempo más?
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