Finalmente, Raúl Alonso Jiménez sí cambiará la camiseta del América por la del Atlético de Madrid.
A diferencia de otros jugadores mexicanos que no han sabido o no han podido capitalizar a plenitud su mejor momento futbolístico, el magnífico ariete americanista parece estar capitalizándolo a la perfección.
Así, pasa a formar parte del tercer equipo más importante en España, como en su momento lo hicieron, en distintas épocas y con ejemplar dignidad, Hugo Sánchez y Luis García.
Facilitadas y bien manejadas las cosas por una directiva sensata y un jugador bien ubicado dentro y fuera de la cancha, Jiménez se va con la merecida remuneración en lo económico, pero sobre todo con un amplio panorama en lo futbolístico.
Las favorables condiciones en las que parte deberían servir como ejemplo para otros futbolistas mexicanos con sueños europeos.
No irse tan sólo para sentarse en lujosas bancas, sino para jugar en canchas accesibles de ligas más competidas o de mayor prestigio.
Salir porque de veras te solicitan que salgas, para seguir desarrollándote como futbolista, y no solamente para presumir que sales.
Salir para progresar, como ahora lo hace Jiménez y antes lo han hecho otros. O para cerrar adecuadamente una brillante carrera, como lo está haciendo Rafael Márquez.
Entre los que llegan a rendir a elevados niveles, que cada quien madure y se asesore como se debe para jugar donde quiere.
Cuestión de saber moverse adentro y manejarse afuera.
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