Raúl Jiménez se va al campeón de España en el mejor momento posible.
No hay duda de la valía de sus características en orden de importancia: instinto goleador, calidad técnica, inteligencia, gran capacidad física y visión de juego. Está maduro totalmente en la parte futbolística.
Aunque son sólo los más cercanos familiarmente, los aptos para definir su estatura emocional siendo tan joven, el hecho de que esté tan convencido de emigrar lo antes posible, avala anticipadamente esta cualidad. De igual forma en este último aspecto, habla su frialdad para cobrar los penales con absoluto dominio de las situaciones bajo presión.
Seguro que la operación será de alta rentabilidad para el América y el jugador mejorará su salario, pero es más relevante que América vuelva a levantar la mano, al igual que con Diego Reyes, como exportador de talento, y que Raúl tenga esa ambición justo en el momento en que el Atlético luce más robusto en ataque con su nuevas contrataciones.
Es una broma tomar como algo importante el hecho de que alguna vez haya pronunciado su preferencia por el Real Madrid mediante las redes sociales, ante su inminente llegada a los Colchoneros de Simeone.
Tiene juventud y experiencia. Toma buenas decisiones frente al marco y con el compañero al lado. Tiene gol, buen remate de cabeza y actitud competitiva al límite. Es disciplinado tácticamente y esforzado en los entrenamientos según cuentan. Un delantero muy completo en términos generales. Es en definitiva el momento más adecuado para tomar el avión a Madrid, en un nuevo momento de esplendor del equipo que catapultó a Hugo Sánchez y Luis García.
Es altamente probable que Raúl no decepcione el legado goleador mexicano del equipo del Manzanares. Se va como líder de goleo y una gran caja de herramientas futbolísticas, para picar piedra de ser necesario. Va a un grande en momento de plenitud de ambos. No es una salida compasiva o forzada, va como solución y tiene todos los argumentos para no volver pronto.
¡Qué así sea!
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