Armas de directivos
Como les platicaba ayer, el presidente de los Tigres, Alejandro Rodríguez, anda que echa lumbre.
Además del caso de Ponchito González, en el que lleva las de perder, Alan Pulido lo trae de cabeza.
Mucho de esta novela ya se los he platicado, pero hace dos días en este periódico se publicó parte del contrato que respalda la versión de la directiva de que el jugador tiene compromiso con los felinos.
Lo interesante de estos papeles fue ver la manera en la que los clubes se protegen ante la ambigüedad y pasividad de las leyes de la FIFA, que están hechas para el mercado europeo, dejando desprotegidos a los equipos productores.
Se supone que cada jugador tiene derecho a recibir un porcentaje de su transferencia al momento de ser vendido a otro club.
En este caso, "Peluchín" recibía 50 mil pesos como salario mensual, ese que registran ante la FMF, pero se embolsaba otros 150 mil por "primas anticipadas". Además de premios por jugar, anotar y otros.
Esos anticipos serían rebajados de esa lana que le correspondería al delantero al momento de una posible venta; digamos que algo similar a Javier Hernández cuando se fue al Manchester United.
Evidentemente, no suena muy correcto que digamos, sobre todo porque el salario registrado era sólo de 50 mil, es decir, en caso de cualquier pleito que tuviera que resolver Justino Compeán y sus achichincles, lo que hay que pagarle al jugador es esa lana únicamente.
Según gente cercana al jugador, la oferta era de 250 mil al mes para que firmara un nuevo contrato y de ahí venía el encarbonamiento.
Sin evaluar si es mucho o poco para un jugador que a sus 23 años fue a un Mundial, lo que me queda claro es que los equipos se han tenido que proteger con pactos de bandoleros y triquiñuelas para que les quede algo de dinero tras invertir en Fuerzas Básicas.
La cosa es que algunos se están desesperando porque con juveniles no les ha ido bien y andan peleando el descenso.
Broncas tricolores
Apenas les platicaba que en el Tri ya empezó mal el proceso rumbo al Mundial 2018 y resulta que eso es sólo la punta del iceberg porque los problemas para Miguel Herrera se vienen por racimos.
Dudo que Rafael Márquez y Carlos Salcido estén muy contentos con la jubilación por decreto que les lanzó, pero ante eso quiero ver ahora quién será el líder de ese vestidor.
Para empezar, Héctor Moreno, quien se perfila para tomar el gafete, estará lesionado unos meses más y el otro que podría pensarse e incluso ya fue capitán es Jesús Corona, pero resulta que está enojado al igual que su primo por las ventaneadas del "Piojo".
Por si fuera poco, ya le dijeron que el entrenador de la Sub 23, sí o sí, será Raúl Gutiérrez, quien fue su compañero en el Atlante y con quien no lleva mala relación, pero tampoco es su compadre al que pueda sugerirle una línea de cinco, manejar convocatorias o echarse unas chelas para platicar de futbol.
El "Potro" trae la Selección que irá a Centroamericanos, del 14 al 30 de noviembre, es decir que esos seleccionados no estarán en el cierre de torneo ni en los Cuartos de Final de la Liguilla, digo, para que vayan considerando los que tengan jugadores ahí, como Atlas con Ponchito González.
Pero la bronca mayor que andan analizando es que el próximo verano la Copa Oro es del 4 al 24 de junio, la Copa América, del 11 de junio al 4 de julio, y los Panamericanos, del 15 al 25 de julio.
Es decir que van a tener que utilizar tres Selecciones, la primera sería la principal, que dirigiría el "Piojo" para ganar el medio boleto de la Concacaf a la Copa Confederaciones; la otra sería la que traería el "Potro" Gutiérrez, en Canadá, que serviría de base para el Preolímpico.
Y la otra para ir al torneo sudamericano a Chile, que no se sabe quién será el entrenador, pero ya se manejan las opciones de Jesús Ramírez y Sergio Almaguer.
Ah, eso sin considerar concentraciones en las que tendrían que pelear a los seleccionados con los clubes.
Se vienen los jaloneos.
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