Aunque varios equipos todavía no se hayan dado cuenta, ya se han jugado dos jornadas del Torneo de Apertura 2014 con el que se cierra el año.
Si en lo futbolístico muy pocos han ofrecido cosas sobresalientes, en lo numérico varios han empezado con una buena cosecha de puntos que les permite contemplar con optimismo el panorama.
El Monterrey, el América, los Tigres, el Atlas, los Jaguares y las Chivas encabezan la tabla en este incipiente torneo, pero en los casos de los americanistas y los chiapanecos esa buena ubicación parece un tanto circunstancial y no un verdadero reflejo del futbol desplegado.
En cambio, para los dos equipos regiomontanos y para dos de los tres tapatíos el inicio ha sido alentador no sólo por la buena producción en el arranque, sino por los argumentos esgrimidos en la cancha para producir.
Muy distinto el caso del otro equipo tapatío, el de los reaparecidos Leones Negros que con su mal inicio han agravado su de por sí seria problemática de la lucha por la permanencia en esa Primera División a la que tanto tiempo y esfuerzo les costó volver.
Así inició este Torneo de Apertura 2014 de la Liga MX, con algunos participantes sin arrancar todavía, con la mayoría arrancando a medias y con otros que han sumado más de lo que han jugado.
En contra de quienes piensan que en el futbol es más importante ganar aunque se juegue mal que jugar bien perdiendo, la realidad es que sólo quien juega como se debe puede aspirar a ganar consistentemente y no como simple producto de la casualidad o de los imponderables del juego: la mala suerte del rival o la buena propia, el palo que "se atraviesa", las imprevistas lesiones o expulsiones, el mal bote de un balón, los errores arbitrales que inciden en el curso de un partido.
Mucho pueden ayudar las derrotas cuando de ellas se sacan las debidas enseñanzas, y de poco sirven las victorias si quien las obtuvo no entiende por qué.
Jugar bien para no ganar de casualidad, y detectar si el triunfo se produce gracias al buen futbol o a pesar de no haberlo exhibido.
Porque está muy bien cosechar, pero lo importante es sustentar la cosecha con el buen juego.
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