El técnico felino, el señor "Tuca" Ferretti, tenía mucho tiempo de no estar en una conferencia de prensa, y ayer dejó en claro por qué su larga ausencia traía molestos a los medios locales.
"Tuca" dijo lo que debía y hasta lo que no debía decir sobre el caso de Alan Pulido, quien vive un momento complicado en su carrera.
No entraré en detalles sobre la plática de "Tuca" y los medios que tuvo una larga duración. Grosso modo, el técnico felino se mostró sorprendido y disgustado con su jugador porque no está entrenando al parejo del equipo y, según el DT, Pulido prácticamente les ha dado la espalda a sus compañeros.
Lo que estuvo de más fue ventilar que su pupilo pasa una hora peinándose y 15 minutos entrenando. Por menos que eso José de Jesús Corona se molestó con el técnico nacional Miguel Herrera.
Si "Tuca" se siente traicionado por la forma en la que se está portando el canterano felino, ventilar lo que sucede en las entrañas de la institución también es una forma de traición, ¿o me equivoco?
Pero ustedes, que han acompañado la novela Pulido, se han preguntado por qué está teniendo más capítulos de lo que se esperaba.
Los entiendo si contestan que no. Yo estoy en lo mismo. No hay claridad, no hubo comunicación, alguien se quiere pasar de listo, todos dicen tener la razón, pero nadie habla con la verdad o, por lo menos, con papelitos en mano. Normalmente, ésas son las características principales de las novelas futboleras.
Para mí eso no es nuevo, ya lo he vivido, sólo les comparto lo que he visto y ustedes saquen sus conclusiones.
He tenido muchas situaciones en mi carrera y he aprendido que los directivos no son blancas palomitas, y más cuando el manejo es con los jugadores salidos de sus Fuerzas Básicas.
Los canteranos parecen traer en la frente un eslogan pintado que dice: "Todo para ti, nada para mí".
Si Pulido fue el mejor jugador del equipo y tiene una cláusula de rescisión de 12 millones de dólares, su sueldo no puede seguir siendo el de un muchacho desconocido que firmó hace dos, tres o cuatro años, lo que básicamente beneficiaba a una de las partes.
Hay cosas que no se necesitan pedir, es cuestión de criterio, de conocimiento. En instituciones como el Barcelona, sin haber vencido el contrato, Lionel Messi, guardando proporciones, tuvo ajustes salariales acorde a su evolución futbolística.
De ahí me nace decirles algo que me parece lógico: la diferencia de ser un equipo grande y no serlo depende, y mucho, de su directiva, y ese tema novelesco no existiría, si hubiese sido tratado en su momento y de una forma correcta.
Dijo Ferretti acertadamente que nadie es indispensable. Me imagino que también incluía a los directivos... ¿o no?
careca@elnorte.com @krek9 |