A copiar lo malo del Mundial
Ya me enteré que si los árbitros no aplicaron demasiado rigor con las tarjetas durante la Jornada 1 del Apertura 2014 y dejaron circular el balón pese a las pataditas de más, no fue porque no las vieran o no quisieran amonestar, o porque los engañaran como le hizo Luis Suárez en su mordida a Chiellini, no.
Fue expresamente porque aaalguien de muy arriba les indicó que ahora deben dejar fluir el juego y tratar de asemejarse al arbitraje que se vio en la Copa del Mundo, por más que los jugadores se "medio maten" en el terreno.
Habrá que recordar que cuando empezó todo este modelito de la Liga MX, llegó una indicación del más allá de que los árbitros debían abstenerse de marcar más de 25 o 26 faltas por partido, "quesque" para favorecer el espectáculo.
Por eso nos teníamos que chutar juegos en que en los últimos cinco o 10 minutos todo el mundo se estaba cociendo a patadas y nadie hacía algo porque ya se había alcanzado la cuota ordenada, so pena de que aquel árbitro que marcara de más se iría un ratillo a la congeladora.
Pues "prepárensennnnn", porque una vez más se verá algo por el estilo.
La orden de los "creativos" del circuito es que el juego debe ser más rápido, sin muchos cortes, y qué mejor para ello que no estar pite y pite faltas por más que hayan existido. Vaya, que las faltas pequeñitas no se señalen para no perder tiempo, aunque quizá les pasó de largo que una falta pequeña o aparatosa es de cualquier manera una violación al reglamento.
Así que si ven a alguien rodar por ahí en el campo tras una patadita y el juego sigue, ahora sí que es la orden y ni modo de quejarse con la FIFA, ya que fue la que puso el (mal) ejemplo.
Cambio obligado
Supe por ahí que fue tanta la inconformidad de parte de la afición del Atlante por el nuevo uniforme que presentaron hace unos días, que la marca patrocinadora va a tener que ponerse a trabajar y solucionar el asunto.
La camiseta atlantista no fue del agrado de la mayoría de sus aficionados, que empezaron luego luego a criticarla y a mostrar su rechazo a través de redes sociales y otros medios, lo que llegó a oídos de directivos de peso en la firma, que ya se dieron cuenta del pobre impacto del diseño y ya dieron la orden, no sé si al mismo equipo de diseñadores, de arreglarlo.
Una cosa es que los Potros perdieran la categoría de club de Primera División y otra que no les hicieran un uniforme a la altura.
De tal forma que muy pronto habrá oootra presentación de uniforme, para ver si ahora sí la gente queda contenta y se anima a comprarla.
Un aplauso para la afición del Atlante, que hizo valer su opinión.
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