Una de las razones por las que la Fórmula Uno es tan fascinante es por cómo pueden cambiar las cosas de un día para otro.
En la pasada carrera de Austria, los Williams resultaron los héroes que desbancaron a los Mercedes de la primera fila, y en la calificación de Silverstone no lograron pasar de la Q1. Una mala decisión del equipo por esperar mucho tiempo para mandarlos a la pista y mala decisión de llantas; y van de héroe a cero, con Ferrari cometiendo el mismo error.
Los beneficiados fueron los Marussia, que por primera vez entraban en la Q2, y naturalmente el público porque nos garantizaba un arranque interesante con una parrilla fuera de lo normal, y así fue. Primero vimos una confrontación entre Sergio Pérez y el Toro Rosso de Vergne, esfumándose así la buena calificación de "Checo".
Después, un despiste de Kimi Räikkönen, del que trató de volver alocadamente y le fue imposible de controlar, lo que ocasionó un gran accidente que pudo haber sido más grave. Kamui Kobayashi lo pudo evitar, pero Felipe Massa no tuvo la misma suerte y ahí acabó su Gran Premio número 200.
La carrera estuvo detenida por más de una hora para reparar los daños al riel, que de seguro era lo suficientemente fuerte para soportar otro accidente, ¡pero las reglas inglesas son demasiado inglesas!
¡No entiendo por qué se hizo el segundo arranque detrás del safety car después de anunciar que para el próximo año los reinicios serán en parrilla!, pero con la FIA ya nada me sorprende.
Unas vueltas más tarde y volvimos a lo acostumbrado, con los dos Mercedes adelante y corriendo 2.5 segundos más rápido que el resto, pero ahora la mala suerte le tocó a Rosberg, quien abandonó por una falla con la caja de velocidades.
Con Rosberg fuera, fue un paseo dominical para Hamilton, que hasta cambió llantas aún cuando sus cubiertas todavía estaban buenas, y llegó medio minuto por delante de un brillante Valtteri Bottas, que aseguró su segundo podio consecutivo.
Sin duda, lo mejor fue la batalla entre Vettel y Alonso, dos grandes campeones luchando rueda con rueda sin tocarse y dejándose suficiente espacio entre ellos, y de seguro seguirán quejándose uno contra otro por días.
Para Hamilton, además de la satisfacción por ganar en casa, su lucha por el título vuelve a la par con Rosberg, y ahora se enfrentarán en casa de éste y de Mercedes, en Alemania.
Al cerrar esta columna, no he leído nada sobre algún castigo a Kimi Räikkönen por causar un grave accidente, y si sale sin castigo, ¡sólo refleja la inconsistencia de nuestro cuerpo gubernativo!
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