En este Mundial hemos observado algunas peculiaridades técnicas que sobresalen a los demás.
Quizás habrá temas como arbitraje o la implementación de la tecnología de gol en los partidos, pero lo que más me llama la atencion son las individualidades y el peso que tienen sobre lo colectivo.
Las cualidades técnicas de algunos jugadores se han puesto por encima de lo grupal. Qué quiero decir, que sólo aquellos equipos que cuenten con uno o dos jugadores de este tipo pueden ser la diferencia y lo han sido.
El juego colectivo de Brasil y Argentina está muy por debajo de la calidad individual de Messi y Neymar. Sin ellos, sus escuadras serían del montón y no pasarían siquiera a la siguiente ronda.
Puedo hablar de los que han sido jugadores clave para otros equipos, sin dejar de lado a Ochoa en México, por supuesto. Pareciera que para nosotros el Mundial termina cuando México queda eliminado. No estamos tan errados.
Los restaurantes y demás giros turísticos se ven verdaderamente afectados con esta eliminación, pero en su momento subieron sus ventas de manera exponencial. No se quejen.
Qué pasa ahora con nuestra selección, no contamos históricamente con un jugador "superior", nunca lo hemos tenido. Nuestro nivel futbolístico ha crecido, es verdad, pero seguimos muy lejos de los grandes escenarios del futbol.
Hemos ganado mucho en técnica, en mentalidad competitiva, en conseguir un modelo futbolístico particular y rentable, pero no ajusta. Esto viene de más atrás, viene de educación deportiva básica y de procesos de formación integral, de mucho mejores dirigentes deportivos y, sobre todo, de mejor conducción y creación de producto terminado.
No podemos dejar de lado que el proceso para llegar a Brasil fue un desastre y es recurrente en nuestra historia futbolística. Se hablará mucho de la posibilidad de refrendar el puesto del señor Herrera. Claro que sí, pienso yo, el problema es que yo no decido nada sobre los intereses de los dueños y sus socios comerciales.
Continuar es una palabra que se liquidó del vocablo común y corriente de nuestro país. Hablo en todos los sentidos, no sólo deportivos. Deberemos de enfrentar varias competencias de alto nivel en los próximos años y, si seguimos como hasta, les aseguro que tendremos resultados semejantes. "No esperes resultados diferentes, si siempre haces lo mismo para conseguirlos".
Nuestro deporte merece y requiere un cambio total. Las estructuras de generación de deportistas, incluyendo futbolistas, son malísimas y obsoletas. Los procesos de formación y seguimiento de promesas deportivas son una verdadera cadena de amarguras para ellos y sus familiares.
Los pocos deportistas o futbolistas que salen a la luz y brillan en otros lugares a grandes niveles no son productos hechos en México o por consecuencia de lo bien trabajado.
Muy a mi pesar, nuestra selección no dio más, pues no tenía mucho más que dar. Viví y soñé con la posibilidad de hacer un mejor papel y con esto quiero decir, llegar a jugar finales o Semifinales del Mundial. Mi subconsciente sabía que no era posible, pero mi enfermiza afición por mi selección nublaba mi capacidad de análisis por momentos.
A toro pasado, puedo entender mis verdaderas aspiraciones. No se me olvida nada de lo que escribo cada columna, ni puedo hacerlo, queda grabado y tampoco puedo dar bandazos de acuerdo con los resultados.
Mis conceptos y mis propuestas están claras. Así como hacemos las cosas en nuestro país, no nos da para más de lo que ya se consiguió.
Sigo en espera de ver y contar con un jugador fuera de serie, con uno que cambie el rumbo de un encuentro, aun cuando el equipo no camine por sí solo.
Mientras tanto, tendré que poner mis esperanzas en un cambio estructural que nos dé la oportunidad no sólo de competir y perder con la cabeza en alto, quiero ver y vivir una selección ganadora.
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