No se le puede cuestionar al sueco Jonas Eriksson que haya influido en el marcador, pero sí se le puede criticar que haya dado un concierto de silbatazos, pues sancionó 47 faltas, y no se haya percatado que tanto a Ángel Di María y a Lionel Messi les hayan cometido 5 a cada uno sin hacer algo. Lo vamos a volver a ver en otras fases porque la cabeza de la Comisión es un europeo.
Otra cosa, Marcos Rojo merecía la tarjeta roja al minuto 89 por una patada por detrás con fuerza excesiva, pero el sueco sólo amonesta.
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Puso fin a su trayectoria de 20 años como árbitro profesional de futbol el 24 de marzo de 1996, durante el juego Cruz-Azul-América en el Estadio Azteca. Le correspondió representar al arbitraje mexicano en dos torneos preolímpícos y un Premundial femenil, así como pitar cuatro Finales del futbol mexicano. Se incorporó como colaborador de Grupo Reforma a una semana de su retiro del arbitraje y fue analista de TV Azteca durante más de siete años.
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