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Con el futbol en la sangre
Homero Fernández | 01-07-2014
en CANCHA
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Eden Hazard, la estrella de Bélgica, es tan bueno que hacía goles antes de nacer.

Su madre, Carine, lo llevaba en el vientre mientras jugaba en el futbol femenil de un municipio belga cercano a la frontera con Francia. Se retiró cuando tenía ya tres meses de embarazo, a los 26 años.

El gusto por el futbol lo había adquirido desde niña, cuando acompañaba al papá a ver a su equipo preferido. El Cupido de Carine también fue una pelota porque se casó con Thierry, un mediocampista de un equipo semiprofesional de andar cadencioso, que había sido profesor de deportes en una primaria.

"Mi padre era tranquilo para jugar y me dicen que mi madre era muy veloz. Creo que tengo algo del estilo de ambos", confiesa Hazard.

Eden tiene a otros dos hermanos futbolistas: Torgan, que en principio jugó en otro equipo para evitar comparaciones y el Chelsea ya lo firmó, y Kylian, quien aún sigue en Bélgica.

Junto a la casa donde se criaron había una cancha de futbol donde pusieron a prueba sus genes. Torgan era el portero y Eden practicaba sus remates.

"Podríamos hacer un equipo de futbol 5 dirigidos por mamá", dijo una vez contando a su hermano Ethan, de 10 años. Pero ya hay otros Hazard esperando en la banca: sus pequeños hijos Yannis y Leo.

 
 
 
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