Si al término del partido de la primera jornada en donde Costa Rica le ganó convincentemente al Uruguay usted estaba pensando, como yo, que esa sorpresiva victoria pudo haber sido por mera obra de la casualidad, frente a Italia quedó ratificado el gran momento mental, técnico y sobre todo táctico y físico que atraviesan los ticos.
En un grupo en donde especialistas en la materia daban por seguro que el único sin posibilidades de clasificación eran los centroamericanos, ellos, con orden y una gran actitud, demostraron que en la actualidad los malos ya no son tan malos y los buenos no tan buenos. Las diferencias se achicaron, nos enseñaron que la camiseta no saca centros y la historia no mete goles.
Costa Rica había vencido a Uruguay, dos veces campeón del mundo. No satisfechos con esta hazaña y convencidos de su potencial sorprendieron a todos con otra merecida e imponente victoria, ahora sobre los Italianos, con todo y cuatro copas mundiales en su haber, y por si fuera poco esos históricos resultados enviaron de regreso a casa a la selección inglesa.
Ahora le tocó el turno a Italia de conocer el dolor de perder un juego para un equipo que con poco ha hecho muchísimo en esta primera fase del Mundial.
En medio de tres campeones del mundo, Costa Rica dejó en claro que la grandeza debe ser conquistada día a día, minuto a minuto, y en esos dos encuentros ellos fueron más grandes que los grandes a quienes se enfrentaron.
Si hablamos de potencial, sea técnico, físico o táctico, es visible que la globalización ha tenido un efecto positivo en los países que antes no lograban exportar tantos jugadores como sucede en la actualidad.
Al ser contratados por diferentes equipos europeos, los futbolistas de países como Costa Rica adquieren experiencia y crecen futbolísticamente codeándose con los grandes jugadores que están distribuidos en diferentes ligas europeas y regresan a su selección con un nivel que no lograrían adquirir jugando sólo en las ligas locales.
Bendita sea la globalización en el futbol.
No estoy seguro de hasta dónde puedan llegar los costarricenses, de hecho, por la forma en que festejaron su pase a la segunda fase, ellos tampoco lo están.
Lo que debemos reconocer es que con lo logrado hasta ahora por los desacreditados concacafianos, son ellos quienes han puesto el condimento muy especial a un Mundial que ya estaba muy sabroso.
Es obvio que ya tenemos el equipo sorpresa de la copa verde y amarela, pero para mí todavía no ha habido una selección que me haya dado argumentos sólidos para tenerla como mi franca favorita al título de campeón, ¿será que habrá una?
careca@elnorte.com @krek9 |