La Selección Mexicana está a la espera de tener en la de Ecuador, esta noche, al auténtico sinodal que no tuvo el miércoles.
Después de apenas cumplir sin mejorar ante la escuadra de Israel, ahora deben los tricolores aprovechar verdaderamente este partido de preparación, primero de los tres que sí pueden servir de algo antes de viajar a Brasil.
Porque la reciente "cascarita" en el Estadio Azteca sólo sirvió para que Cuauhtémoc Blanco fuera despedido del Tri como lo merecía (jugando mejor que los demás), pero también para volver a exhibir las alarmantes carencias del conjunto nacional.
El objetivo primordial, mostrar la más elemental evolución en el funcionamiento individual y colectivo, sigue sin ser alcanzado.
Por eso en estos días, mientras a nivel de clubes la mayoría sigue metido de lleno en su "futbol de estufa" (que en algunos casos ni a anafre llega), la Selección Mexicana está ante la urgencia de mejorar de cara al compromiso mundialista que ya se le vino encima.
Si de verdad creen que ante los frágiles israelíes progresaron en el propio futbol desplegado, ante adversarios como el de hoy podrían los tricolores toparse con otra realidad.
Para que ésta no resulte tan cruda, en algo podrá ayudar que esta noche ya se cuente a plenitud y en su gran mayoría con quienes están encaminados a conformar el once titular que se presentará en el Mundial enfrentando al representativo de Camerún.
Si el miércoles iniciaron cuando mucho cinco de los que serán titulares, hoy podrían iniciar, suponemos, ocho o nueve.
Eso les dará a los tricolores un pequeño brinco de calidad en lo individual, pero es indudable que además requieren de un enorme salto en lo colectivo.
¿Se animarán y serán capaces de darlo ante los ecuatorianos?
Sólo queda imaginar que por lo menos ya saben que les urge.
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