foto
Cuauhtémoc Blanco
Javier Alarcón | 29-05-2014
en CANCHA
compartir por:
Anoche se realizó la última de las despedidas de Cuahutémoc Blanco con la Selección Mexicana. Un jugador de época, curtido en el barrio con claras adversidades que le desarrollaron el carácter, la picardía y rebeldía.

Un fenómeno como pocos para manejar la pelota, visualizar espacios, golpeo de balón y habilidad extrema. Un "natural" para el futbol que nunca mostró ningún tipo de nerviosismo a la hora de la presión extrema. Un tipo que conectó con la gente, por auténtico y original, características que de inmediato entran en el ánimo del público.

Llegó a tener desplantes de villano que le acarrearon algunos enemigos, pero el pueblo lo siguió, y seguirá queriendo por siempre. En el Club América siguen dando fe de sus muestras de agradecimientos, de su generosidad para cada trabajador que le limpió los zapatos, le sirvió la comida o cortó el césped para sus entrenamientos.

Echado pa'delante, bueno pa'l trompo, alburero, retador, ojo alegre. Todos esos términos le acomodó el público, pero sobre todo el más difícil de obtener porque los méritos no se razonan, se sienten, el de ídolo.

Muchas cosas pueden sorprender en cualquier sentido de Cuauhtémoc, pero su mentalidad ganadora, su temperamento a prueba de cualquier exigencia, le hicieron un líder, un futbolista con toda la admiración del público.

"Ese no se raja, no le tiemblan las piernas", se escuchó de aficionados americanistas y anti en cada plaza. Un superdotado en habilidades futbolísticas, una máquina veloz para tomar las mejores decisiones en la cancha, amo de la técnica individual para el golpe de balón.

Nunca parecía lo suficientemente veloz, pero no lo alcanzaban, y cuando ocurría, sabía meter el cuerpo para retener la pelota y esperar tiempo y espacio para la mejor habilitación de un compañero. Vaya que hay que tener imaginación para ejecutar, en pleno Mundial, la Cuahutemiña, una pincelada magistral importada de Tlatilco, ahí en el barrio, donde los futbolistas no se hacen tarugos. Donde se sigue jugando a muerte sólo por placer.

Ahí, donde se grita en cada cáscara: "Si me pagarán lo que le pagan a fulano, me cae que yo sería Maradona", o el clásico: "Es que da tanto coraje que no corran, si yo estuviera ahí, la habría metido".

Cuahutémoc cumplió todo lo que sentencio, y en el arrabal. Su ejemplo seguirá inspirando a miles de jugadores de barrio como él.

Hasta pronto Cuahutémoc, come frutas y verduras.

 
 
jalarcon@reforma.com
 
@Javier_Alarcon_
 
 
 
 
compartir por:
Tiene una trayectoria de 19 años en el periodismo deportivo en la cadena Televisa, donde funge como Director Editorial de Televisa Deportes. Cronista, conductor del noticiero de Televisa Deportes, así como de un programa deportivo en Radio 13. Su trayectoria incluye las coberturas de cinco Mundiales de futbol y Juegos Olímpicos de verano e invierno. Es colaborador de Grupo Reforma desde el 2006.
Resumen Noticioso
¿Quieres recibir en tu e-mail la columna editorial de Javier Alarcón?
1 mes2 meses3 meses
Ultimas columnas
Con el resultado en la mano
27-05-2014
Dieciocho mil retuits
22-05-2014
Todo es culpa de Matosas
20-05-2014
Realidad
15-05-2014
Final espectacular
13-05-2014
Una lista X
08-05-2014
Presentes y ausentes
06-05-2014
Actitud para ganar Liguillas
01-05-2014
Bandazos
29-04-2014
Argumentos de sobra
22-04-2014
La auténtica mejor época del año
10-04-2014
Jugadores con el mejor momento
08-04-2014
Chivas en llamas
01-04-2014
A la cabeza
27-03-2014
Entre la ilusión y el delirio
20-03-2014
Futbolistas fugaces
18-03-2014
La más pura amnesia
13-03-2014
Fotos instantáneas
11-03-2014
Otras columnas
San Cadilla
SAN CADILLA
Francisco Javier González
Después del adiós
Héctor Huerta
Selfies, buen grupo o frivolidad
El Rompehuesos
¿Y la solidaridad?