Señores, desde hace mucho vivimos tiempos difíciles con el tema de la inseguridad y hace un par de días me desperté y de reojo leí un encabezado que me levantó el ánimo, la confianza y que dibujó una enorme sonrisa de felicidad en mi rostro: "No habrá ninguna bomba".
Como ustedes pueden imaginar, mi sonrisa y mi inmensa felicidad se diluyeron rápidamente al enterarme de lo que se trataba la nota.
De la boca del señor Luis Miguel Salvador, presidente del Club Monterrey, salió que no habría ninguna "bomba", que traducido a los términos futbolísticos significa: No se ilusionen, los Rayados no traerán jugadores de renombre, cracks consagrados, jugadores cuya calidad es tan alta como su precio.
Aunque creo que ustedes, amigos aficionados de los Rayados, no deben perder la esperanza de la llegada de alguna contratación rimbombante, los antecedentes nos dicen que las palabras de los directivos tienen fechas de caducidad tan o más cortas que las de los políticos en campaña.
Independientemente de la veracidad de la declaración de Salvador, el armado de un equipo competitivo no debe depender de una contratación bomba, la muestra viva de ello es el León del señor Matosas cuyo bicampeonato está basado en "bombas caseras" que han mostrado mucho mayor poder que los petardos extranjeros que pasan por los equipos regios sin pena ni gloria.
Yo ya no creo en nada de lo que dicen los directivos. Recuerdo que declararon que el nuevo entrenador del Monterrey no estaba en nuestro país, y me sorprendí mucho al saber que El Barrial ya no pertenece a los Estados Unidos Mexicanos.
¿Cuál será la próxima mentira?
NADIE SABE TODO Los Tigres tuvieron mucho tino al contratar al joven Hugo Rodríguez y "Tuca", poca flexibilidad para armar un esquema en que el muchacho pudiese tener minutos en la cancha, lo que muestra cierta incompatibilidad entre la institución y su técnico.
¿Cómo suena una línea de cinco en el fondo con Hugo Ayala, Juninho y Hugo Rodríguez?
No hace mucho el "Tuca" asumió sus errores por el fracaso felino, coincidentemente eran los mismos que muchos de la prensa señalábamos. Al parecer le costó mucho trabajo admitir que nadie sabe todo.
Espero que para el próximo torneo el señor Ferretti abra los ojos y oídos para darse cuenta, antes de que sea demasiado tarde, de lo que sucede a su alrededor y entienda que la terquedad y la inflexibilidad son enemigos poderosos del éxito.
Por otro lado, me gustó la llegada del ahora naturalizado "Cacha" Arévalo. Siento que su estilo rudo, de entrega y compromiso, encaja perfectamente con las exigencias del perfil Tigre.
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