"Los jóvenes ganan partidos; los viejos, campeonatos" León es el campeón del futbol mexicano, listo. La diversión, para mí, es saber por qué ganaron. No sólo es por meter un gol más que el rival. Los campeonatos se ganan de muchas maneras, siempre con goles, es verdad, pero lo que lleva a estos a anotar en el momento decisivo es lo que me apasiona de verdad.
Primer partido de goles, a matar o morir, gran encuentro. Se acaba y a pensar. Uno, el Pachuca, creía que con eso le bastaba; el otro, el León, fiel a su manera de jugar, mantiene su formato.
El primero, maneja el encuentro, la pelota, el ritmo. Lo que no ve ni su técnico ni sus jugadores en cancha y que a vista de todos estaba de inicio: dos jugadores clave de su rival salen del encuentro por problemas musculares. Es momento de tirar a matar, a liquidar con todo lo que tengas en tu equipo. No lo hace y paga las consecuencias. Son los pequeños detalles de los grandes estrategas.
JUGADOR CLAVE Todos se van con el que mete el gol del título, es lógico. Una sola acción de juego no puede valorarse por separado sin pecar de injusto. El futbol premia la atajada o el gol, casi nunca el oficio, el manejo de los sentimientos y el motivador de esfuerzos dentro de un equipo. Sin éste, sin su ejemplo y voz, no hay remontadas ni se ajustan las fuerzas. No se termina campeón.
Cuando todos estaban liquidados, Luis Montes corría y metía, peleaba con piernas, y sobre todo, con el ejemplo. Por mucho, fue el mejor para mí.
LA ESTRATEGIA Ya comenté la poca valentía de Enrique Meza de ir por todas las canicas en un momento clave, ahora le toca a Matosas. Es el claro ejemplo del entrenador amigo, compadre, motivador, que con su ejemplo y expresión corporal mantiene la competencia de su equipo en todo momento. Éste, sin faltarle al respeto, se gana la copa con mucha personalidad. No flaquea, no duda, no traiciona a su grupo ni a sus conceptos y se mantiene con el oficio de quien ya recorrió ese tramo y ganó.
LA PSICOLOGÍA Los jugadores mexicanos de calidad tenían diferencias y, la más importante para mí, fue el manejo emocional. Mientras los del Pachuca se mostraban en la temporada descarados y dispuestos, en el último partido se vieron desconfiados y preocupados, casi atados de sus condiciones y con el temor de no equivocarse. Los del León leyeron el miedo, atacaron y dieron el zarpazo de experiencia. Ambos cuadros dependían de su capacidad goleadora más que de su control de juego o su capacidad defensiva. Uno se mantuvo, el otro se traicionó y uno solo quedó campeón.
EL ESQUELETO Un arquero joven, con calidad promedio, un central de talla mundial, dos contenciones o volantes de exportación y un matón del área te dan una estructura para competir y campeonar, y si a eso le sumas lo bien entendido que tiene el grupo explotar sus virtudes, te da como resultado un bicampeonato. Los años pesan cuando son muchos, pero cuando son pocos pesan más.
EL ARBITRAJE Sorprendente la designación de Francisco Chacón. Lo lleva con cordura y muy de lejos. Le fue bien a secas y creo que por la calidad de los futbolistas dentro de la cancha. No hay jugadas polémicas y al final una mancha por no sacar la roja en un conato con agresión directa.
LA JOYA VERDE La afición de una ciudad entera, de una región completa, ávida de diversión y repleta de historia, llenó su campo de gritos y de alegrías en su corazón.
LOS INCRÉDULOS Nunca vi un jugador que teniendo la posibilidad de quedar campeón pudiera pensar en vender un encuentro. Gran Final. Un aplauso a los directivos de ese grupo. Qué buen año de trabajo y de logros.
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