Si a lo largo del año futbolístico comparar nuestra Liga MX con la millonaria Liga española sería una locura, indiscutiblemente no podemos comparar lo que fueron los 90 minutos finales de la liga más importante del mundo con los primeros 90 minutos de nuestra Final.
Todo lo que yo esperaba de lo que se convirtió en una Final en España, algo poco común en las ligas con el sistema de puntos corridos, no se acercó en nada a lo que vimos y vivimos en el espectacular y emocionante partido de ida entre León y Pachuca.
El Atlético se coronó como visitante en un partido tan cerrado como poco atractivo, insípido, falto de emociones fuertes y de los condimentos especiales que deben traer un encuentro decisivo.
Es triste ver en lo que se transformó aquel poderoso equipo del Barcelona. El actual mantiene la filosofía, pero no el atrevimiento, la picardía y la profundidad del Barsa de Pep Guardiola.
Lionel Messi, cuya capacidad nos hacía verlo como un genio con la pelota en los pies y sobre quien fue depositada gran parte de la esperanza de salvar el honor culé de perdido ganando la Liga, se mostró como un jugador común y corriente, lo que debe preocupar a Alejandro Sabella, seleccionador argentino.
Y qué decir de "mi chavo" Neymar, quien entró de cambio y no aportó absolutamente nada.
Al ver el cierre del futbol español me enorgullece más lo que hemos vivido en nuestra Liguilla y en el primer tiempo de nuestra Final.
Hoy se cerrará un capítulo más de nuestro balompié y no me cabe la menor duda que lo enseñado ayer por Atlético y Barcelona, dos grandes potencias del futbol mundial, será superado y por mucho por Pachuca y León.
Con todo y la gran presentación del jueves pasado y la ventaja de los Tuzos de jugar por el empate durante los 90 minutos, me inclino por el León para ser el campeón mexicano.
Creo en la insistencia con que los verdes buscan el arco rival, creo en el peso de la experiencia dentro del terreno de juego y conozco los riesgos de la inexperiencia en los partidos decisivos.
En nuestra Liga, y más tratándose de una Final, entiendo que no se puede descartar nadie y nada, todo puede suceder y el Pachuca tiene muchos argumentos y grandes virtudes. Las principales de ellas son: el dinamismo, la capacidad goleadora del Enner Valencia y la velocidad de sus contragolpes.
Tengo un favorito, pero no tengo una varita mágica, así que sólo me dedicaré a disfrutar de lo que será, seguramente, una verdadera Final.
Después de ver la decepcionante definición de la considerada mejor liga del mundo, los invito a valorar un poco más de lo que tenemos.
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