La lentitud en la contratación de un nuevo técnico ya me hace pensar en la probable continuidad de Carlos Barra y Pepe Treviño, lo que para mí no sería una idea descabellada, siempre y cuando lleguen refuerzos que realmente refuercen.

Pero a la afición rayada, que ya se ilusionó con los jerárquicos nombres de técnicos que se han manejado por todas partes, no creo que le agrade mucho eso.

Y si en los Rayados hay mucho ruido y pocas nueces, en los Tigres ni nueces ni ruido.

Al parecer "Tuca" y su directiva, en este orden, están satisfechos con lo que tienen y si no encuentran nada muy barato o regalado se quedarán con la ilusión de la idea de que ser más exigentes con sus jugadores los harán rendir más, como dijo "Tuca" en una entrevista que recién concedió a CANCHA.

Pero mientras nuestros equipos siguen batallando para dar inicio a sus urgentes y necesarias reconstrucciones, Pachuca y León arrancaron ayer su fraternal duelo de 180 minutos por el título de la Liga MX con un encuentro simplemente espectacular, de película, diría yo.

Ambos llegaron a esta gran Final con méritos propios, pero la última impresión que habían dejado en la Semifinal fue la de un León poderoso y atrevido dentro y fuera de su casa y de un Pachuca vulnerable cuando fue presionado por su rival, vulnerabilidad que no se vio en los primeros 90 minutos de esta gran Final.

Como ustedes ya saben, soy un fiel partidario del futbol que juega la fiera verde y me daría mucho gusto verla coronarse e igualar la marca de Pumas con dos títulos de forma consecutiva en los torneos cortos, pero pese a haber dado un gran partido no le alcanzó para sacar una ventaja como local.

Si el Pachuca repite la dosis en el encuentro de vuelta, el León, mi gallo para esta Final, tendrá que hacer un partido perfecto.

Creo que mucha gente se sorprendió con lo hecho por el Pachuca, pero para mí no hubo sorpresa ver la cátedra de cómo contragolpear, ver la capacidad goleadora de Enner Valencia y la experiencia del "Ojitos" Meza en su máxima expresión.

Enrique Meza demostró su capacidad y sacrificó a Carreño y metió un volante de recuperación a pocos minutos de haber arrancado el juego, con eso logró equilibrar el mediocampo y el partido.

Después de este gran y emocionante encuentro, ambos mostraron los argumentos necesarios para ser el campeón de México, pero para nada esta Final está definida.

No creo que el León vaya a cambiar su forma de jugar y por lo mostrado ayer eso le conviene mucho al Pachuca, que juega mejor cuando le ceden espacios largos.

De ser así, volveremos a estar agradecidos al León y al Pachuca, y seguramente tendremos otro gran encuentro digno de una Final que sellará con llave de oro la excelente Liguilla que hemos vivido.

 
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