Mañana se juegan en León los primeros 90 minutos de una inédita Final entre Esmeraldas y Tuzos.
Dos equipos del Grupo Pachuca encabezado por Jesús Martínez... y con el enorme respaldo económico de Carlos Slim.
Sin embargo, a diferencia de Telcel, el Pachuca y el León se impusieron a los demás competidores en igualdad de reglas y con absoluta limpieza.
Limpieza en lo que a su propio desempeño se refiere, porque por ejemplo el importante y claro error arbitral cometido contra el Toluca no es culpa de un León que en términos generales fue superior durante los dos partidos.
Tampoco son responsables los jugadores, ni sus directores técnicos, de que en nuestro sui generis futbol se permita, solape e incluso promueva la multipropiedad.
Una multipropiedad multinociva por la inequidad que genera, censurable desde cualquier punto de vista, ya sea que venga de Televisa, de TVAzteca, del Grupo Pachuca o de cualquier otro (por eso he criticado esa lamentable costumbre en innumerables ocasiones desde hace más de 25 años y en las distintas tribunas que he tenido el privilegio de ocupar).
Que por favor alguien le avise a la FIFA que en el futbol mexicano llegaron a la Final el SEXTO y el OCTAVO de la tabla general, y que además ambos equipos pertenecen al mismo dueño.
Si aun así los "afifiados" mantienen su silencio cómplice, no habrá más remedio que esperar una liga con seis o siete dueños de dos o tres equipos cada uno, dispuestos todos ellos a mejorar el espectáculo al estilo de la Lucha Libre, con emocionantes partidos previamente ensayados.
Evidentemente, por lo pronto los de esta Final no están para nada ensayados y será en las dos canchas donde se dirima quién gana, aunque de antemano sepamos que Jesús Martínez ya ganó.
Cosas de nuestro mexicanísimo balompié.
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