"El estar consciente de lo absolutamente impredecible e inasible que es el futuro inmediato, me priva del aburrimiento". Hugh Prather.
Un equipo como el Pachuca, que perdió con planteles tan emproblemados en el descenso como Atlas, Atlante, Chivas y Puebla, que con Meza en la cuerda floja sólo rescató cuatro puntos de los últimos 15 y que además resucitó en la jornada 17 con cuatro agónicas anotaciones del minuto 74 al 90, hoy, junto con el León -octavo en la general-, se encuentra instalado en la Final del futbol mexicano, no porque el sistema de competencia sea injusto, sino porque, a diferencia del resto, simplemente ganaron los partidos que necesitaban ganar.
¿Que esto sólo pasa en nuestro futbol? Bueno, depende con la óptica que se quiera ver, porque en la Liga Premier el Liverpool, que lideraba la competencia tres puntos por arriba del Manchester City y cinco del Chelsea, con tres fechas por jugar, cayó contra los de Mourinho en el mismísimo distrito de Anfield, para luego empatar frente al Crystal Palace, que contabilizaba 39 puntos menos que ellos, finalizando dos puntos por debajo del equipo de Pellegrini que se coronó ganado los últimos cinco juegos en fila.
En el terreno de la absoluta imprevisibilidad -adjetivo que ningún sistema de competencia aún es capaz de erradicar- también está el Atlético de Madrid que, como apunta el periodista John Carlin: "No sólo ha roto un duopolio que parecía eterno, sino que está a dos pasos de lograr un doblete que parecía imposible. Aunque le falte la suerte o la energía para ganar el maratón, aunque no conquiste ni la Liga española ni la Champions, toda la gloria en esta temporada europea es para el Atleti".
Pero no olvidemos que para que exista lo imprevisible, son indispensables los equipos como el ahora Bayern Munich, de Pep Guardiola, que de repente ganan sus Ligas insultando al más cercano perseguidor con brutales diferencias numéricas.
Por lo pronto, acá en la Liga MX quedó demostrado que el nivel de un equipo como el Cruz Azul o Toluca ni remotamente era superior al del León, no obstante que la tabla general indicaba importantes desigualdades.
Lo que ahora vemos del equipo de Matosas no es diferente a lo que ha mostrado desde el Apertura 2012, donde con el mismo futbol llegaron al partido final con dos goles de ventaja sobre el Tijuana, para sucumbir 3-2 en el global. Un años después, se coronaron con apenas tres derrotas en 23 juegos. Y ahora, en los últimos 10 partidos de este Clausura, sólo registran una derrota.
Señores, ¿estamos de acuerdo que si aparece lo imprevisible el Pachuca se coronará?
PD: Hay sueños que sólo se alcanzan con los pies.
Lo escrito, escrito está.
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