Creo que mucha gente, y me incluyo, pensábamos, debido a la importante ventaja que lograron como local, que el Pachuca obtendría el pase a la Final, pero la forma en que se dieron las cosas en el Estadio Corona estuvieron lejos de acercarse a lo que yo sospechaba que sería.
De hecho, en los pronósticos de CANCHA, aposté por una victoria del Pachuca basado en el efectivo contragolpe azul y blanco y en la deficiencia de la defensiva del Santos.
Me parecía una buena apuesta, aunque reconocía la intensidad y la entrega con que los Guerreros saldrían al terreno de juego y de su poderío ofensivo.
Pero de todo lo que yo imaginaba sólo tres cosas que me parecían obvias se dieron, Santos no terminó el juego sin anotar, su defensiva no soportó 90 minutos sin recibir goles y tuvimos un final de juego cardiaco. Una costumbre en Torreón.
Después de muchos años de vivir y respirar futbol he aprendido que pese a que este deporte se juega con los pies, las Finales se ganan con la cabeza y eso fue exactamente lo que le faltó al equipo de Caixinha, más precisamente a un jugador con tanta experiencia como Osvaldo Sánchez, que al hacerse expulsar comprometió por completo el futuro de su equipo.
Oswaldo, que ha sido un gran portero, también es reconocido, como se dice en el lenguaje futbolístico, como un jugador "mala leche" y lo demostró en la jugada de su expulsión.
No había necesidad de levantar la pierna como lo hizo, y menos en una jugada que ya no tenia futuro.
Hay un dicho que dice "el chango es alegre y todavía le dan maracas", el cual aplica al árbitro Marco Rodríguez. Es increíble que Oswaldo después de tantos años de conocer a "El Chiquimarco" cometa un error de concentración tan burdo e imperdonable como éste.
El Pachuca, que pudo haber tenido un cierre de partido más cómodo y un pase a la Final pulcro y convincente, por tener el marcador a su favor, la superioridad numérica y a un Santos totalmente abierto para los contragolpes por gran lapso del partido, vio manchada de desconfianza su llegada a la Final.
Y por el mismo motivo que Santos, el experimentado Walter Ayoví verá la Final por televisión, luego de hacerse expulsar, con lo que hizo sufrir a sus compañeros.
El arbitraje de Marco Antonio Rodríguez fue confuso y será motivo de excusa para los santistas y polémica para los medios, pero lo que realmente llevó a Santos a fracasar en su intento por volver a recuperarse de un resultado adverso fue Osvaldo Sánchez y no el árbitro.
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