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Selección de primera, Liga de segunda
Homero Fernández | 10-05-2014
en CANCHA
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Miles de aficionados concurrirán al estadio este domingo para alentar a su equipo, que puede salir campeón del Clausura 2014 si se dan ciertos resultados.

Suena a algo cotidiano. Pero aquí lo distinto es que los simpatizantes se quedarán afuera siguiendo el partido por la radio, en internet y en alguna televisión portátil.

"Dejemos la garganta como siempre y nos haremos escuchar como si estuviéramos adentro", dice parte de la convocatoria "Locales desde afuera", lanzada en Facebook.

El fenómeno está previsto en Montevideo, Uruguay, durante el partido entre el Peñarol y el Liverpool, un equipo que es local, pero tiene su cancha vetada y se siente en desventaja.

"Cuando no se puede ejercer la localía, la Mesa Directiva tiene facultades para designar otra cancha, pero aquí se fijó el Estadio Centenario, que es la cancha de Peñarol", se quejó José Luis Palma presidente del Liverpool (que no es rojo como el inglés sino negriazul).

Ante la decisión, resolvieron no habilitar las tribunas populares (usualmente desbordadas por los peñarolenses) y fijar las entradas de visitante lo más caras posibles: 650 y 780 pesos mexicanos (los uruguayos acostumbran a pagar entre 50 y 120 pesos mexicanos por localidad).

"Logramos lo que por la vía pacífica no pudimos: que es jugar sin la hinchada del rival", argumentó Palma.

Un canal de TV difundió una entrevista con un fanático de Peñarol que se abonó a una tarjeta de beneficios para pagar menos por la entrada. "¡Palma, me gasté 200 pesos (130 pesos mexicanos) y voy a ver el partido! Con el resto le hago un regalo a mi madre. ¡Esto es inteligencia Peñarol!", dice eufórico y burlón. Sin embargo, ese "atajo" sólo estuvo disponible para 600 personas.

Hace unos días el diario El País de España trataba de explicar cómo Uruguay, una nación de poco más de 3 millones de habitantes, podía considerarse una potencia futbolística. Y exhibía también la pobreza de su Liga (básicamente de Montevideo), donde sus jugadores, "los peores pagados junto a los bolivianos", ven cómo las tribunas lucen vacías mientras ruegan por una trasferencia al exterior.

Ante el panorama local la actual Selección celeste, integrada casi exclusivamente por jugadores de Ligas extranjeras, parece una flor en el desierto.

Uruguay es el sexto en la clasificación de la FIFA, el actual campeón del continente americano y entre sus laureles hay hojas que dicen "Primer Campeón Mundial" y "Autor del Maracanazo".

"Alemania tiene tres veces más futbolistas federados que nosotros de población total", comentó en abril el entrenador Washington Tabárez negando ser una potencia.

Y, fiel a su estilo, sentenció: "En el futbol también hay un primer mundo y un tercer mundo".

No necesitó decir dónde colocaba a Uruguay.

Por eso es un maestro.

 
homero.fernandez@reforma.com
@mundodepelota
 
 
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