¿ Qué tienen en común David Beckham, Evo Morales, Jennifer Lopez y Carlos Slim?
Probablemente varias coincidencias, pero una se llama Marcelo Claure. Este multimillonario boliviano se asoció con el astro inglés para crear los Miami Golden Boys en 2016; conversa sobre futbol con el presidente de Bolivia; con la portorriqueña (que le cantó en su cumpleaños 40) impulsa un negocio de venta de tecnología a la comunidad latina de Estados Unidos; y como dueño del club Bolívar eliminó de la Copa Libertadores al equipo del empresario mexicano.
Hace una década ganaba mil 500 dólares como gerente internacional de la Federación boliviana. Empezó con una tienda de venta de celulares en Boston y llegó a tener 500. Compró dos empresas de distribución y las fusionó. Tiene negocios en más de 60 países donde fabrica y arma unos 35 millones de teléfonos.
El inicio de la expansión de su negocio empezó en Bolivia. Y adivinen qué: lo hizo con los celulares de Telcel de América Móvil, la compañía de Slim.
El año pasado, Claure vendió la mayoría accionaria de su empresa Brigthstar a la japonesa Softbank por mil 260 millones de dólares. En 2012 había reportado ingresos por 4 mil 448 millones de dólares.
"Yo no mido mi éxito por el dinero. Yo mido mi éxito por las metas que me he puesto en la vida. El dinero llega", ha dicho públicamente.
Vive con su familia en Miami y cuando su equipo juega algún partido importante toma su jet privado y vuela hasta La Paz. El día del empate 2-2 en León, el empresario se encontraba en Asia y contó en Twitter: "Qué alegría, es el mediodía en Japón y en medio de un discurso tuve que parar para gritar y celebrar el resultado, y ahora vuelvo a trabajar".
Invirtió en el club unos 12 millones de dólares pero ya factura unos 25 millones a partir de un desarrollo inmobiliario que incluye un centro de entretenimiento, oficinas, una escuela de futbol e instalaciones de alto rendimiento para sus jugadores.
Cuando asumió los poderes bolivaristas marcó su estilo: "Llegó el momento de comenzar a hacer cambios y todo lo anunciaremos por Twitter para evitar que todos hablen y digan lo que quieran", al siguiente mensaje ya habían empezado a rodar cabezas.
Asegura Claure que detrás de su empuje empresarial y de su protagonismo en el futbol boliviano no hay aspiraciones políticas. "Me lo dice todo el mundo cuando camino por la calle, pero estoy muy ocupado con mis negocios y con el futbol", declaró una vez.
El martes, con la clasificación, todo el estadio reventó: "¡Bolívar! ¡Bolívar! ¡Bolívar!" Un grito que podría haber invocado al mismísimo Hugo Chávez en forma de pajarito, pero esta vez nadie lo vio.
Desde el palco presidencial, Evo Morales reía y saludaba.
Claure lo miraba satisfecho desde algún punto del globo.
Lanús es la próxima meta.
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