Problema en el paraíso Mientras en la cancha las cosas marchan de perlas para los Pumas con su pase a la Liguilla, tras bambalinas la vida no es color de rosa.
Resulta que la relación entre dos personajes de pantalón largo se ha descompuesto a tal grado que cuando juegan los felinos en casa, más de uno se queda petrificado viendo las muestras de "cariño" que se profesan.
Cada que termina un encuentro en el cubil felino, uno de estos amigos tiene la costumbre de, una vez que todo el equipo entró al vestidor, cerrar la puerta "con seguro" y no permitir el paso a nadie, a sabiendas de que una de las labores específicas del segundo en cuestión, es ingresar al vestidor para llevar luego al técnico José Luis Trejo a la conferencia de prensa una vez que todo está listo para recibirle.
Al llegar hasta la entrada y no poder accesar al camerino, al segundo en cuestión no le queda de otra que esperar a que el estratega salga por su cuenta, o mejor dicho acompañado por quien ordenó atrancar la puerta y ya entre los dos ir como disputándose el papel de guía del entrenador.
Esta historia ya ha ocurrido más de una vez y causado más de un enojo, sobre todo de quien ve entorpecida su labor por las decisiones de alguien más que en teoría no tiene la potestad de tomar decisiones respecto al manejo del plantel a diestra y siniestra y menos cuando eso afecta a otras áreas de la institución... Si Mario Trejo y Jorge Borja no conocen esta bronca, pues aquí se las dejo, porque creo que tienen chamba para arreglar este problemita.
Mensajería gratis Vaya, vaya... ahora resulta que para ahorrarse unos pesos en el envío de balones a los equipos que disputan las series de Liguilla en el Ascenso MX, la Liga se vale de los directivos de los equipos que van a las juntas de cada lunes a definir fecha y horario de los juegos, para ponerlos a cargar y usarlos como de flete gratis.
Ya desde la semana pasada, previo a los Cuartos de Final, a los directivos que fueron a la junta en la FMF les entregaron una bolsa llena de balones desinflados, los naranjas contra la obesidad, y más o menos se los pudieron llevar por ahí cargándolos junto a sus libretas, iPads, portafolios y demás.
Y ya para la segunda junta, ahí sí a los directivos que vinieron desde Ciudad Victoria, Guadalajara y Aguascalientes me los pusieron a cargar una tremenda caja llena de balones y playeras, por lo menos desde el edificio de la FMF hasta conseguir un taxi para el aeropuerto y luego hasta el mostrador de la aerolínea para documentar el paquetito, aprovechando que los dirigentes no traían equipaje.
Si a la Liga no le costó un peso el envío, los que sí sufrieron fueron algunos de los directivos que, con todo y sus kilitos de más, hicieron malabares con documentos y hasta el saco que cargar, para que no se les cayera nada, y sudar y sudar en su viaje de regreso... ¿Qué no habrá lana en la Liga para pagar una mensajería?
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