Con dos victorias consecutivas, con la alegría de ver al "Chupete" Suazo en la banca y sin un delantero nominal en la alineación inicial, el Monterrey saltó a la cancha del Tecnológico con el firme propósito de ligar su tercer triunfo para meterse de lleno a la lucha por la clasificación.
Santos llegó a Monterrey con cuatro partidos sin conocer la derrota, con los ánimos en las alturas, con una deficiente zona defensiva y un imponente ataque. Antes de arrancar el partido, se veía complicado para los Rayados y al mismo tiempo muy atractivo.
Sin embargo, la contundencia de los albiazules y un inspirado Lucas Silva hicieron, en los primeros 45 minutos, ver fácil lo que parecía sumamente difícil.
Mientras Santos intentaba, y por momentos lograba tener lo que fue una engañosa posesión del esférico, el Monterrey encontraba y generaba sus propios espacios entre la defensiva lagunera, que con pocos argumentos nos mostraba el por qué es una de las más goleadas del torneo.
Bien ordenado en defensiva y poderoso en zona ofensiva, los Rayados marchaban firmes a otra victoria, pero el mote de Guerreros no es en vano y Santos encontró en la pelota parada lo que no se veía por donde obtendrían con su achaparrado futbol.
En el segundo tiempo, casi todo sonaba igual, menos la inusual efectividad ofensiva mostrada por los Rayados en la primera parte.
El Monterrey regresó a lo suyo: volvieron a ser víctimas de sus propios errores, empezaron a fallar en las dos áreas, no culminaba sus buenas jugadas ofensivas y defensivamente luchaban contra su eterna enfermedad, el juego aéreo. Orozco vuelve a fallar.
Pese a que dejaron escapar la ventaja de 2-0, lo que es sumamente molesto para todos, creo que no cabe criticar a Carlos Barra, quien contrario a la mayoría de los técnicos, pese a estar ganando, nunca invitó a su equipo a defender el marcador cediendo la iniciativa al rival, contrario a eso, lo hizo más ofensivo.
Antes de direccionar sus críticas al técnico rayado, mejor recuerden que el "Chelito" tuvo el 3-1 en sus pies, Morelo otra, luego Ramos y después de los cambios los Rayados siempre estuvieron más cerca de aumentar su diferencia que recibir el gol de empate.
Si quieren uno o varios villanos busquen entre los jugadores, de seguro encontrarán de perdido uno.
JUEGO DE DESESPERADOS Los Tigres intentarán hoy aprovecharse de la desesperación del Atlante, que tiene sus días contados en la Primera División.
De no recibir un gol tempranero habrá espacios para el contragolpe de los felinos, que también requieren la victoria para seguir aspirando a una clasificación.
En los juegos ente dos desesperados, mi pronóstico siempre será favorable al equipo local, espero equivocarme.
@krek9 careca@elnorte.com |