Wilson Morelo, el refuerzo rayado en quien los directivos depositaron su confianza para este torneo, no sólo ha sido criticado por sus discretas actuaciones en la cancha, sino que también ha sido víctima de críticas por decir la verdad.

¿Cuál fue el pecado de Morelo?

Mencionar que este barco ya estaba hundiéndose antes de que él llegara. Eso es totalmente correcto.

Sobre él y Marlon de Jesús la directiva rayada depositó la esperanza de goles del equipo, y qué culpa tienen los jugadores por no cumplir con las expectativas generadas en su entorno.

El paquete parece ser más pesado de lo que pueden cargar, pero ellos no pidieron ser contratados y en una contratación siempre habrá riesgos, aciertos y errores, y ésos son única y exclusivamente responsabilidad de los directivos.

Señores, lo que el Monterrey está cosechando en esta temporada sólo es fruto de la mala planeación porque sus directivos hicieron lo que tanto criticamos a los equipos: cayeron en un inexplicable conformismo.

Con la llegada de refuerzos, cuyos perfiles son inferiores a los que se fueron, equivocadamente pensaban poder mantener el nivel futbolístico del equipo.

Vaya sorpresa, no sólo no lograron lo que querían, también vieron cómo se desmoronaba el nivel individual de muchos jugadores que llegaron a ser piezas fundamentales de las anteriores exitosas ediciones rayadas, un error que le está costando mucho más que los pocos millones que ahorraron en esos trágicos cambios.

No pensaron en grande y hoy juegan a un futbol chico.

Morelo tiene la razón y por decir la verdad no merece ser criticado.

¿A poco alguien de ustedes se atreve a decir que en el Monterrey hay alguien que se salve?

Yo, no.

Cambiando de tema, los Rayados se enfrentan mañana al Atlante.

Antes del arranque de este torneo, este encuentro era para tres puntos en el presupuesto de su técnico y directivos. Creo que eso ha cambiado radicalmente.

El Atlante viene fuerte y el Monterrey... ahí lo dejamos.

 
QUE NOS SORPRENDA
 
Contrario a lo que muchos deben estar pensando, el hecho de que el Toluca haya perdido en la jornada anterior lo hace más peligroso que nunca.

Los equipos buenos difícilmente pierden dos partidos seguidos y la derrota frente al Atlante fue un fuerte jalón de orejas para los Diablos, que seguramente no entrarán a la cancha confiados.

Del otro lado estarán los Tigres de la Liga, que necesitarán jugar como los Tigres de la Copa MX, y no veo por dónde eso sea posible.

Ni los felinos son tan fieras y tampoco el Toluca, por peor que se vea en la cancha, se convertiría en un cuadro tan limitado como los rivales de Tigres en la Copa.

Que nos sorprenda la jornada.

 
 
@krek9
careca@elnorte.com