Hay dos caminos para terminar de tajo con el asunto de la violencia en los estadios de futbol: afectar directamente en el plano deportivo a los clubes y las sanciones que incluye la nueva legislación que ha sido votada.
Con el descuento de puntos y vetos de tres partidos en adelante, los clubes verdaderamente echarían a andar todas sus alianzas para contar los apoyos necesarios de las autoridades civiles. Las sanciones deportivas están estipuladas en los reglamentos de la Federación Mexicana de Futbol, de manera obvia que, lo que hace falta es generar el consenso para modificar esos textos.
Luego entonces, lo que se requiere es que directivos y propietarios entiendan que la presencia del público que consume el producto en el estadio, es el eslabón más sagrado en la cadena alimenticia balompédica. Si eso no puede ser atendido como el tema toral en la próxima reunión de dirigentes, después de los visto en el Estadio Jalisco, estaríamos frente a un escándalo. Porque más allá de endurecer las sanciones, algo urgente, el trabajo de fondo y largo plazo está en la prevención y educación.
Pero como estos son temas muy complejos y reflejan el humor social y el estatus educativo del País, lo inmediato es hacer de hierro las sanciones deportivas y legales. Las deportivas harían que los clubes prioricen en su operación cotidiana, la interrelación efectiva con las autoridades locales.
Las nuevas consecuencias legales por alterar el orden público generarán, sin duda, conciencia. Aunque sea de manera reactiva, pero varios se la pensarán mejor antes de fabricar desmanes. Y antes que los dos caminos ya descritos, nos detenemos en lo sustantivo: la disfunción familiar en muchos sitios, la marginación, la falta de oportunidades y educación. Eso más, la jugosa oferta de algunos clubes por hacer a estos jóvenes parte de las barras, han hecho germinar auténticos bandoleros futboleros.
El futbol no requiere de esas payasadas en la tribuna, requiere de calidad y un público apasionado y gritón, pero racional y estable para entender las variables que influyeron en el resultado del juego o simplemente disfrutar de aquellas situaciones y momentos que le generaron placer a través del 90 minutos. Pero somos los reyes de la moda. En unas cuantas semanas, hasta que no vuelva la sangre, el tema se habrá vuelto caduco.
@Javier_Alarcon_ jalarcon@reforma.com |