Tenemos un futbol lleno de pirotecnia. Hace dos meses, TODOS cuestionábamos a Pumas por su falta de intensidad y distancia respecto a los procedimientos que le colocaron como el gran productor de talento en México; hoy, es un flamante ocupante de la tercera posición general. Moraleja: Ni ha superado su crisis de origen ni eran tan malos su cuerpo técnico y plantel.
Marco Fabián tiene seis goles y exigen su presencia en Selección Nacional; Fabián es un jugador con calidad superior al promedio, pero necesita mostrar mayor consistencia. Moraleja: ni era tan malo para no estar considerado ni es tan bueno como para pedir que sea titular indiscutible en Brasil.
Tony Mohamed le queda muy chico al América ante funcionamiento y resultados actuales. Moraleja: Ni Mohamed era tan determinante en Xolos con un plantel lleno de talento que fue campeón ni ahora es tan malo como para no acordarnos que América le gana la Final a un Cruz Azul, que tuvo en sus manos las decisiones más importantes para determinar el rumbo de los 180 minutos de aquella Final hace un año.
Atlante merece más puntos de los que hoy ha obtenido; los azulgranas juegan con mucho espíritu, pero les falta calidad. Moraleja: la planeación en este equipo ha sido improvisada, arrebatada y muy baratera los últimos tres años. Los árbitros cometen errores imperdonables en temas de procedimiento, pero toman decisiones sobresalientes en asuntos de criterio. Moraleja: el árbitro mexicano es históricamente hábil para su profesión, pero requiere de una capacitación más profunda y de algunas dosis de humildad.
Cruz Azul es el líder general, juega bien y se nota un equipo solidario y empático con el entrenador. Cruz Azul no ha superado ni lo hará hasta la Liguilla, sus recurrentes caídas anímicas; eso no quiere decir que se escatimen elogios respecto al liderazgo de su entrenador. Moraleja: Cruz Azul tiene un torneo sobresaliente, pero sus temporada servirá para nada si no es campeón, y si no lo es, Tena seguirá siendo un técnico competente con un historial razonablemente bueno.
Desafortunadamente los juicios de valor son muy cambiantes, en gran medida, porque también los son los jugadores y equipos en su rendimiento. No hay razón para seguir haciendo las cosas iguales y esperar los mismos resultados. El formato de competencia vigente exige a grito pelado una revisión. ¿No vale la pena intentarlo sólo para determinar si el camino es el correcto? La fuerza de la costumbre es mortal. Las sentencias con mayor argumentación caducan mañana.
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