Esta semana una de las principales "notas futboleras" en el ámbito nacional la han protagonizado las pobres Chivas.
Unas Chivas al garete y llamando mucho más la atención por las fotos que se toman fuera de la cancha que por el futbol desplegado en ella.
Gracias a la "genialidad" de su dueño, que sigue viendo al equipo y a sus jugadores como una simple marca, como un producto de consumo manejable a su antojo, para su foto oficial los futbolistas supuestamente rojiblancos se vistieron de charros, ¿o de mariachis?
Las otrora grandes Chivas, ostentándose ahora como un equipo charro y vistiéndose como mariachis, quién sabe si porque están pensando en jugar como tales.
En lugar de que la polémica fuera sobre qué tan bien juega el equipo y qué tantas probabilidades tiene de elevar ese nivel de juego, es sobre la duda en cuanto a si ese traje es de mariachi o es de charro.
Y en lugar de que se ofendan los propios jugadores por ser obligados a tal ridículo, ¡Quienes se ofendieron fueron los charros!
Cosas de este sui generis futbol inscrito en nuestro peculiar País, en donde también un comercial en el que el director técnico de la Selección Mexicana compra un loro, provoca la ira de un sector ¡Del Congreso de Nuevo León!
Patéticos grillos nuevoleoneses dizque protegiendo loros.
¿Y si mejor cada quien se pone verdaderamente a trabajar en lo que debe, entendiendo cuál es el rol que le corresponde y desempeñando ese rol lo mejor posible?
Los futbolistas a jugar, los técnicos a dirigir, los columnistas a opinar, los mariachis a cantar, los diputados a legislar, y los charros a lo que más les guste hacer.
Sería un buen inicio para ir construyendo un mejor futbol; y sobre todo, un mejor País.
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