Lo enseñado por Tigres ante Cruz Azul fue una muestra de lo que deberían estar haciendo en la Liga desde su arranque.
Estoy totalmente de acuerdo con el señor Ferretti cuando dice que ese desarrollo futbolístico no debería asombrarnos y no es motivo para tanto alboroto, ya que éste es el nivel de capacidad de sus dirigidos.
Bien, señor "Tuca", aunque nacimos en el mismo país, finalmente estamos hablando el mismo idioma.
Nunca dudé de la capacidad individual de sus dirigidos, aunque me queda una pregunta: ¿entonces, cuáles son los motivos que han evitado que su equipo jugara así más seguido? Mejor no entraré en detalles.
Señores aficionados, los invito a que tomen con calma esa supuesta reacción felina. Apenas fue un partido. Debemos reconocer que haber ganado al superlíder vistió mejor la conquista de esos tres puntos, pero ustedes deben de ser mesurados.
Digo eso porque no es la primera vez que la esperanza resurge de las tinieblas y un buen partido trae de vuelta el color y la sonrisa en los rostros de los aficionados felinos, pero para que esa reacción pueda ser considerada una realidad se requieren 3 o 4 partidos mostrando ese rendimiento y ese avance futbolistico, o de lo contrario será otra decepción.
Reconozco que la Copa MX se cuece aparte, por eso no mencioné nada sobre el partido de anoche. Los triunfos, goleadas y el buen accionar frente a los equipos de Primera A también les habían dado motivos para pensar que lo peor ya había pasado, y no fue cierto.
El Puebla de este fin de semana me parece una buena oportunidad para que Tigres ratifique su mejoría, porque de lo contrario volverá a lo que ha sido su realidad en la Liga: un plantel reconocido por la calidad de sus individualidades, pero que juega un futbol intermitente.
YA LO DESCARTO Lo que se está transformando en una realidad, y digo eso después de ver acentuada la pobreza y escasez de calidad, de ideas y de actitud de los Rayados en el partido que perdieron frente al Pachuca, el de Liga, no el de Copa, es que tener una Liguilla en nuestra Ciudad está en manos, más bien, en los pies de Tigres. Aún con todo lo mal que andan, cuentan con la nobleza de nuestro sistema de competencia.
Monterrey no trae herramientas para ser un digno competidor. Las bondades del torneo insisten en seguir dándoles vida y ellos siguen tercos en no aprovecharlas.
Si juegan como el partido pasado, y no traen con qué para mejorar mucho, el Morelia les pintará la cara y hará más grandes los muchos problemas que cargan sobre sus espaldas.
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