Esta guerra de declaraciones de los últimos días, terminará siendo una batalla sin sentido porque ninguno de los dos actores tiene la fuerza suficiente para provocar ismos en el futbol mexicano.
Tomás Boy (28 de junio de 1951), en 25 años como DT, no ha logrado levantar ningún trofeo de Liga, llegando sólo a una Final con el Morelia. Comenzó su carrera en la temporada 1989-90 con el Tampico Madero, pero por distintas razones en un cuarto de siglo como técnico sólo ha dirigido 25 torneos. Ha pasado largos años en el olvido por problemas con directivos o por bloqueos de promotores. Nadie duda de su capacidad, pero todos los entrenadores saben que son hijos de los resultados. Tomás ha dirigido 455 partidos, con 164 triunfos, 119 empates y 172 derrotas, para un porcentaje del 45%.
En la mitad de tiempo, Miguel Herrera (18 de marzo de 1968) no ha dejado de trabajar durante 12 años y en 24 torneos lleva 2 Finales con Monterrey, 2 más con América, un título con las Águilas y un descenso con Veracruz. Aunque ha dirigido menos, sus números son mejores: 430 partidos, 172 victorias, 119 empates, 139 derrotas, y rendimiento del 49%.
Pareciera que por los ataques entre ellos podría llegar a establecerse un ismo en el futbol mexicano, entre herreristas y boyistas. Para la Real Academia Española, un ismo forma sustantivos "que suelen significar doctrinas, sistemas, escuelas o movimientos".
Las carreras de Herrera y Boy están muy lejos de las que tenían César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo cuando crearon un ismo en Argentina. Ese fenómeno se produjo en un país distinto, que vive con mayor pasión el futbol. La república de la pelota se dividió entre menottistas y bilardistas.
El periodista Carlos Ares reveló que durante una rueda de prensa, Menotti quiso dejar en claro sus "profundas y definitivas diferencias ideológicas" con Bilardo, con el que dijo que no se sentaría "ni a tomar un café".
Médico de profesión, Bilardo recibió una dura descalificación de parte de Menotti con esta frase lapidaria: "El futbol es tan generoso que evitó que Bilardo se dedicara a la medicina".
Pero Bilardo no se quedó callado: "El único mérito de Menotti es que ganó la Copa del Mundo de 1978 con la Selección argentina porque se jugó en casa y bajo la dictadura militar; en cambio, yo gané con la Selección argentina la Copa del Mundo en México y fui subcampeón en Italia 90".
Este pleito entre Miguel Herrera y Tomás Boy no tiene futuro. Conociendo a los entrenadores en México, en una cena, con vino, pan y una charla hasta la madrugada, todo se arregla. Las convicciones en México duran lo que dicta la conveniencia.
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