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Un futbol para el bostezo
Héctor Huerta | 13-02-2014
en CANCHA
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Con un arranque tan flojo de la Liga, imponiendo récord de menos goles en una jornada de Torneos Cortos, con abundancia de empates y menos interés de los aficionados, los dueños de equipos y sus empleados en la Liga MX deberían plantearse la opción de algunos cambios que permitan mejorar el atractivo.

Jorge Valdano decía cuando era DT que había que dirigir poniendo un ojo en la cancha y otro en la alegría de los espectadores.

El Clausura 2014 ha arrojado en su saldo de seis jornadas varios 0-0 con sabor a somnífero. Si fuera beisbol, hablaríamos de partidazos. Pero es futbol. Y en futbol, "un partido sin goles es como una tarde de domingo sin sol", dijo don Alfredo Di Stéfano.

Al ser presentada la Liga MX (el 16 de julio de 2012), el presidente Decio de María fijó sus metas: "Ofrecer mejor calidad, teniendo como principal eje al aficionado y a los jugadores como los principales protagonistas. Queremos una asistencia superior al 50 por ciento en los estadios, arriba de ocho puntos de rating semanales, estadios seguros y cómodos, con servicios de primer nivel e instituciones económicamente sanas".

Hoy debe preguntarse: ¿Se ha cumplido el objetivo, 19 meses después?

Ese día, el presidente del Pachuca, Jesús Martínez estableció un compromiso: "En el corto plazo queremos una mejor Liga en lo deportivo, mejorar estructura de estadios en el mediano plazo y un torneo de calidad mundial a largo plazo".

Si no se apuran, ese "torneo de calidad mundial" tardará varias décadas, porque el futbol casero está para el bostezo.

Cada semana la Primera División presenta nueve partidos. Verlos todos es un reto para los más valientes. El aficionado, el que le gusta el futbol por el futbol, muchas veces termina traicionado por el sueño.

Otro problema para la Liga MX es la comparación. La posibilidad de ver partidos de la Champions, la Liga Premier inglesa, la española, la italiana, la brasileña, la francesa, la argentina, la holandesa, la alemana, la portuguesa y próximamente la Copa del Mundo, hace que la exigencia aumente al elevarse los estándares de calidad. La Liga no puede ignorar que la oferta televisiva para el aficionado ha aumentado. El tren de la competencia y la comparación ya no se detiene.

La vieja fórmula se agotó. Ignorar el problema nada remedia. El futbol mexicano vive uno de los peores momentos en cuestión de atractivo. Véanlo cada fin de semana. Y apliquen medidas para combatir el desinterés que está provocando.

Jorge Valdano ha dicho con voz que parece de profeta: "Ni la trampa ni el doping pueden matar al futbol. El futbol sólo se puede morir de aburrimiento".

 
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hhuerta@reforma.com
 
 
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