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Racing de Santander
Félix Fernández | 08-02-2014
en CANCHA
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El hombre sabio elige las batallas que enfrenta y no lucha en todas, solo en las que tiene posibilidades de ganar. Pero, además, existe un tiempo justo para lidiar en condiciones favorables, porque no todo tiempo es adecuado.

La semana pasada el mundo fue testigo de una gran muestra de dignidad y valor dentro de una cancha de futbol, con la decisión de renunciar al encuentro de vuelta de los Cuartos de Final de la Copa del Rey, por parte del Racing de Santander, equipo que milita en la Tercera División española.

Nosotros no conocimos el padecimiento ni el procedimiento de truncadas negociaciones que llevaron a los jugadores y cuerpo técnico de Racing a exhibir, ante los ojos del mundo, a su presidente y el resto de la directiva; solo sabemos que durante varios meses el plantel no había cobrado su sueldo y esa directiva decidió hacer caso omiso a las advertencias del equipo.

El mensaje fue muy claro e irrefutable: llegamos hasta aquí, nosotros ya hicimos nuestra parte, ustedes no... Denle una explicación al mundo mientras nosotros renunciamos a hacer lo que más nos gusta y por lo que cobramos: jugar futbol.

Decía Goethe que "ninguno de nosotros agota por sí solo la condición humana" y que "la luz del alma solo es luz cuando es compartida". Tillich, un teólogo, completó la idea cuando mencionó que "no existe ninguna profundidad en la vida sin la profundidad del bien común".

La gloria del futbolista se construye mediante sus actuaciones en la cancha, a través de sus jugadas, lances y talento. Pero existen otro tipo de triunfos que llegan con el marcador en contra, y ese fue el que optaron por perseguir todos en conjunto, a sabiendas del riesgo que implica una vez pasado de moda el fenómeno.

Pocas horas después de la retirada del equipo en Santander, el presidente y su directiva fueron destituidos, tal como lo solicitó el plantel. ¿Esa medida significó el fin del conflicto? No, ni cerca, pero al menos le dio la razón a los jugadores. La crisis económica por la que atraviesa esta institución centenaria es mucho peor que una mala administración. Pero definitivamente lo hecho por ese equipo sobre la cancha durante un minuto, abrió los ojos del mundo hacia dos reflexiones: la realidad económica y laboral de muchos futbolistas profesionales que militan en el país campeón del mundo (a pesar de contar con un gremio sólido)... y la convicción que puede alcanzar un futbolista cuando se lo propone y se une, incluso a costa de renunciar a la posibilidad de la gloria dentro del terreno de juego.

Nos queda claro que los jugadores del Racing eligieron una batalla adecuada para combatir y en el momento preciso. Si bien es poco factible que cobren sus salarios caídos, ya han escrito una página ejemplar en la historia de la dignidad y la razón.

 
ffernandez@reforma.com
@Felixatlante12
 
 
 
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Estudió la Licenciatura en Pedagogía por la UNAM. Como futbolista participó desde 1986 y hasta el Torneo Verano 2002 con: Toros de Texcoco, Atlante, Atlético Celaya y Puebla. Integró la Selección Nacional desde Mayo de 1993 hasta 1996; mundialista en EU 1994. Se ha desarrollado como articulista del Periódico REFORMA desde 1996.
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