Señoras y señores, he buscado, he leído, he tratado de encontrar palabras geniales para tratar lo que Luis Aragonés representó para el futbol de España.

Finalmente, tiene que ser un filósofo del deporte español y futbolístico de la época moderna como lo es Guardiola, quien sacó en una frase el logro de Aragonés: "Hizo de lo imposible, posible".

España, que había brillado principalmente con clubes como el Madrid, el Barcelona, lo hizo a nivel de Selecciones de la mano de este hombre, que "le puso música al balón". Así lo comentó Iker Casillas, uno de sus consentidos, cuando en 2006 era el ícono de La Roja, y fueron eliminados por la Francia de Zinedine Zidane.

Aragonés estaba al cargo y rompió con esos esquemas, y de cara a la Euro 2008 hizo un cambio radical: borró a la gran figura, Raúl, y se basó en los bajitos, que finalmente le dieron el título europeo a España: Iniesta, Cazorla, Cesc, Silva, Villa, Xavi, todo ese grupo de jugadores que creyeron en él.

En un eterno futbolista, un eterno compañero, que fue grande sobre todo como entrenador con aquella frase famosa de "Míreme a lo ojos", dirigiéndose a Romario y a muchos cuando tenía algún problema.

Técnico bronco, echado para adelante, difícil, sorprendente; y la vida le enseñó todo. Le dio a España el lugar que le correspondía en el ámbito europeo, y creyó sobre todo en los jugadores porque donde todo el mundo ponía a dos contenciones para dar equilibrio, él ponía a uno por creer en el contraataque, él era el maestro de éste y del toque.

Xavi reveló recientemente que un día Luis le llamó y le dijo: "Usted no es japonés, usted me entiende lo que le digo", antes de encomendarle a su equipo: "Me dio el mando de la Selección cuando no lo tenía ni en el Barsa. 'Aquí manda usted', me dijo, 'y que me critiquen a mí'".

Xavi dice que Aragonés manejaba los códigos de forma alucinante. De repente gritaba a alguien en el entrenamiento: "Háganos el favor de dejar el móvil de los cojones"; con Aragonés, era imposible que los jugadores llevaran celular.

Cuenta la leyenda que en Austria, en la Euro 2008, el técnico no dormía, se quedaba platicando con Casillas, luego con Xavi, después con Iniesta, después con los meseros, cantineros, periodistas...

Un técnico que protegía mucho a los jugadores, contagiaba al equipo español de la Euro. Eterno canchero Aragonés. Genio y figura. Era un técnico para creer, para platicar con él y para saber lo que hacía.

Por eso España se rindió en un tributo como pocas ocasiones. En una España divida en estos momentos, los equipos se reunieron para homenajearle. Los jugadores lograron el milagro con él y ese milagro los llevó a reconocer al famoso "Sabio de Hortaleza" como el gran maestro del futbol español. Descanse en paz.

 
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