Nunca un caso tan curioso y motivo de tantas opiniones.

Carlos Vela, palabras más palabras menos, agradeció la invitación cara a cara de Miguel Herrera para integrarse a la Selección. Acto seguido, vía Twitter, confirma que no por ahora, pero que no lo den por muerto para el Mundial.

Y vienen juicios en ráfaga. Las mayorías lo critican, por decir lo menos, se enfurecen por su indecisión y piden a gritos que se le niegue en los subsecuente siguiera la oportunidad de una nueva posibilidad.

Otros más moderados, afirman que cada quien sus circunstancias, pero que ya estuvo bueno, que nadie merece tantas opciones aunque seas el mejor y puedas hacer diferencia.

Los menos, me incluyo, queremos saber un poco más para luego definir una postura. Para nada digo, que esto último, pueda significar rogarle a cualquier costo. No es por ahí, pero si quedan muchas palabras en silencio de las partes implicadas. Entiendo que es un futbolista sobresaliente en la cancha y muy difícil de entender fuera de ella. Parce que alguien después del rotundo comunicado de la FMF, que no cuestiono, se dio a la tarea de recomendarle que no descartara por completo el tema de Brasil 2014.

Y la confusión continúa, y lo peor, da la impresión de que estamos frente a un duelo a muerte de vanidades. Miguel Herrera dice que Vela no tiene la mentalidad que él busca para el perfil de los seleccionados mundialistas, pero resulta, que más allá de sus muy raros asesores y comportamiento, Vela demuestra tener esa mentalidad y calidad, cada vez que juega uno de sus partidos importantes en la Liga española para llamar consistentemente la atención del periodismo internacional.

Están entrampados y lo fácil es condenarlo como traidor por su decisión. Nada más reactivo que eso para encontrar el justo medio y entender las razones de ambas partes para tener un juicio final sano y bien informado.

Es indudable que algo más que un capricho acompaña su decisión, sus asesores hacen muy mal en no comunicar los detalles. En la otra esquina, tampoco se puede cuestionar a González, Peláez y Herrera de mandar un mensaje contundente y claro para los requisitos indispensables de quien busca estar en Brasil, y se llama "querer" estar desde ya. El final de la novela se escribió ya, está claro.

Lástima que una vez más, en un asunto de rivalidad desmedida de egos, la que vaya a salir perdiendo es la Selección, no México, no la Patria, no la dignidad de nadie. Claro que no comparto su decisión, pero no me subo de golpe al estrado y asumo la postura populista de condenar a quien no se ha defendido, quien sabe por qué.

Lo lamento, en razón de que no siendo potencia, el Tri necesitará de todos y cada uno de los mejores futbolistas para lograr trascender en Brasil, y Vela es uno de esos.

 
@Javier_Alarcon_
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