En este sui generis futbol mexicano ya parece parte inevitable de cada jornada que los protagonistas del juego hablen de los errores arbitrales que los perjudican... sin mencionar los que los favorecen.

Sin embargo, en realidad es en lo que se refiere al tema de la lucha por la permanencia en Primera División en donde resulta obligado ponerle más atención a los arbitrajes.

El Atlante con 84 puntos en 88 partidos, el Atlas con 89, los Jaguares con 93 y el Puebla con 95 (además del Veracruz, que con sus 25 puntos en 20 partidos parece a salvo), son los equipos que primordialmente pelearán por esa permanencia en las 14 jornadas restantes.

Como en esa lucha hay mucho más en juego, no sólo por el deterioro del prestigio sino por la pérdida económica que implica descender, es ahí en donde debe enfocarse el escrutinio de la labor arbitral.

Ya no perder tanto tiempo en hablar de los innumerables (e inevitables) errores de los árbitros que en cada jornada favorecen o perjudican a determinados equipos, pero sí poner especial atención en los partidos que involucran a quienes están inmersos en la lucha por la permanencia.

Por todos los intereses que hay en juego, que por lo menos el juego sea limpio y termine por irse el que más lo merezca.

Y que de paso vayan pensando los dirigentes no tanto en "proteger franquicias" sino en hacer más atractivo lo del descenso, estableciendo que de la Primera División bajen cada año los dos peores equipos para ser suplidos por los dos mejores de la división de ascenso.

Con esa medida no sólo se incrementaría el interés en la parte baja de la tabla, sino que además se reduciría poco a poco la distancia existente entre las dos divisiones, tanto en lo deportivo como en infraestructura.

Si con su triunfo sobre el Atlas se encargó el Atlante de poner más interesante el asunto, que cambiando las reglas lo hagan más atractivo los dirigentes.

Aunque sea para variar piénsenlo un poco... y a lo mejor hasta se entretienen pensando.

 
 
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