En el fondo, la pregunta fundamental del futbol no es diferente a la del psicoanálisis o cualquier novela de Agatha Christie: ¿Quién es el culpable?

Con un punto de nueve disputados, sin marcar gol y, ocupando el fondo de la tabla general, Ricardo Ferretti amanece como el perfecto autor intelectual de la tragedia por la que atraviesa su equipo.

Al anteponer que los Tigres son el mejor plantel del futbol mexicano y que estos a su vez no funcionan, el grueso de la prensa nacional, junto a los "antiferretistas", reducen al máximo el margen para aportar algún argumento a favor del famoso "Tuca".

De hecho, el ahora sentenciado antes de escuchar el desahogo de los alegatos, declaró: "Asumo mi responsabilidad total".

De aquí en adelante, ¿qué va a pasar? De entrada, Ricardo Ferretti no va a ser cesado por Alejandro Rodríguez, ni mucho menos por la empresa patrocinadora, bajo el pretexto de una racha de malos resultados, incluso si éstos se extienden a todo un torneo.

Las épocas de las calenturas en Sinergia Deportiva ya les costó el peligroso acontecimiento de casi perder la estancia en la máxima categoría. De tal forma que, antes de recurrir al suculento antojo del cese, aprobarán una limpia en el plantel.

Y si con el mismo entrenador y los mismos jugadores aún pueden sacar adelante el actual torneo, Ferretti sólo tiene tres alternativas: cambiar la idea, banquear a algunos titulares... o ambas.

Bajo esta perspectiva, todo mundo ya señaló a Lucas Lobos, pero han hecho mutis con el bajísimo desempeño de Danilinho. Y qué podemos destacar de Pizarro, cuando al argentino no se le recuerda jugada, lance, pase o intento de gol que confirme su titularidad.

Si en el futbol actual un centrocampista sin gol o asistencia está incompleto, yo le recomiendo a Pizarro, Danilinho, Salcido, Damián, Lugo y Pacheco que se despojen de los grilletes, si no quieren ser ustedes los cesados. ¿No cree usted?

Del otro lado de la Ciudad, en el Monterrey reapareció la intensidad y, con ello, la combatividad, los goles, las satisfacciones y las sonrisas. Lo hacían tan despacio que la mediocridad los había rebasado.

PD: "Como entrenador, lo más importante es ser justo, porque el jugador es lo que más valora". Luis Aragonés, el Sabio.

Lo escrito, escrito está.

 
 
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