Sin su principal figura por lo que resta del torneo, pero con aún 7 jugadores no nacidos en México, los Rayados -en teoría- deberían seguir teniendo una ventaja competitiva frente al resto de sus rivales.
De hecho, para armar la dupla de delanteros, el "Profe" Cruz todavía cuenta con el "Chelito" Delgado, Marlon de Jesús, Morelo, Othoniel Arce y hasta la "Pina" Arellano o Neri Cardozo, jugadores, estos últimosque, sí a chaleco los han forzado a jugar como interiores, la historia y sus características nos confirman que con naturalidad pueden producir como delanteros.
En el mismo contrasentido está el hoy aprendiz de lateral volante, Cándido, prospecto que, hasta donde recuerdo, destacó en Santos y Toulon por su gambeta.
Tomando como ejemplo los clubes que rebasan en más de cinco los jugadores no nacidos en México, podríamos pensar que la apuesta va encaminada, única y exclusivamente, a mejorar el espectáculo incrementando -bajo una formula constitucional- el número de talentos extranjeros.
En ese sentido, hoy, un equipo como Tigres puede alinear a la vez a un central, dos contenciones, un enganche, dos extremos y un delantero centro, no nacidos en México.
Por desgracia, la impopular maniobra esconde un monetario fin perfectamente orquestado: subsanar el fallido intento de mantener sueldos bajos y módicos valores de transferencia, mismos que no logró el famoso "Pacto de Caballeros".
¿O cómo nos explicamos que la nueva oleada de colombianos, paraguayos, uruguayos y ecuatorianos llegue devengando sueldos no mayores a los 130 mil dólares anuales, cantidad que no es ni la tercera parte de lo que aquí cobra cualquier titular?
Bajo este nuevo ordenamiento, en lo deportivo, a un jugador nacional como Othoniel Arce se le presenta en este Monterrey una inmejorable oportunidad para, por fin, afianzarse como titular, circunstancia que no logró cuando compitió contra Cavenaghi, Carreño o Esqueda, en Pachuca; Britos o Maz, en León, y Aldo o Suazo, en el Rayados del 2012.
A lo largo de los años de entrometerme en el futbol mexicano, he aprendido que a lo contrario de "bueno" le llaman "buena intención".
PD. En lo personal, creo en la libre competencia, pero mientras exista en nuestra naturaleza la necesidad diferenciadora las fronteras entre el género humano prevalecerán. ¿No cree usted?
Lo escrito, escrito está.
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