"2 -0 es el marcador más engañoso" escuchamos hasta el hartazgo cada vez que se da este resultado parcial o total. Diría más bien que el 2-0 es un resultado confuso y para establecer una actitud de acuerdo a las circunstancias en que se dé. Todos los técnicos aceptan un 2-0 a favor, pero no todos son capaces de manejarlo, mucho menos en un serie de ida y vuelta.
Lo engañoso y confuso de este 2-0 que vimos en León radica en que, de acuerdo a las opciones de gol, aproximaciones y tiempo de posesión, la diferencia entre León y América no fue de dos goles, aunque inobjetablemente lo fue de acuerdo a la contundencia.
Para muchos el equipo de Matosas tiene ya media copa en sus vitrinas, para muchos, incluyendo Miguel Herrera y Peláez, la Final se encuentra tan abierta como lo estaría con un solo gol de diferencia.
De acuerdo al estilo de los técnicos, estamos por presenciar un partido a matar o morir sin reservas: Matosas sabe que si renuncia a lo que ha puesto en práctica y transmitido durante el torneo, su equipo terminará con las manos vacías. No podremos esperar a un León especulativo, temeroso y arrinconado, sino por el contrario, tengo la certeza de observar un equipo hambriento de espacios para desplegar su verticalidad y agresividad.
Herrera no tiene tiempo que perder. Su aparente tranquilidad tras la ida, en el sentido de la cantidad de llegadas generadas, debe transformarse en contundencia desde el inicio. Sambueza es pieza fundamental en la ofensiva de América, lejos de su máximo nivel, solamente fue capaz de crear dos opciones dentro del área de Yarbrough; si por lo menos duplica esa cifra, difícilmente las Águilas no anotarán.
Queda como antecedente la Final anterior, donde América y Cruz Azul ofrecieron uno de los encuentros más emotivos posibles. En la vuelta, América se encontraba en desventaja de dos goles y con un hombre menos.
El 2-0 es un marcador parcial bienvenido si se trata de estos dos equipos y estos técnicos. Aquí, con este 2-0 entre planteles que respetan el principio fundamental de anotar, no hay engaño, porque estamos seguros de observar una Final imperdible para cualquier aficionado, incluso, si América, por tratar de matar, muere antes de cumplirse el tiempo.
El 2-0 es un marcador parcial confuso en casi todos los encuentros, porque es la distancia justa entre la disyuntiva que representa defender o seguir atacando. Mañana, como pocas veces, el 2-0 no es ni engañoso ni confuso, es un resultado que garantiza ver acción en las dos áreas, lo que al final de cuentas rogamos los aficionados.
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@Felixatlante12
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