Menos "emocionante" que de costumbre ha resultado la Fase Regular del actual torneo.

Si en otras ocasiones había puesto más "interesantes" las cosas este peculiar sistema de competencia promotor de la mediocridad e inhibidor de la búsqueda de la excelencia, en ésta se ha llegado al tramo final con menos lugares disponibles para los aspirantes a esa Liguilla en la que ya se sabe que a final de cuentas cualquiera de los ocho asistentes puede imponerse.

Con ésta y dos jornadas más por jugarse, cada uno de los 18 equipos tiene más o menos definidos sus objetivos.

El León y los Tigres, por mucho los dos mejores hasta el momento, con el principal propósito de definir si será o no el espectacular conjunto esmeralda -como probablemente suceda- quien termine como el mejor de todos después de las 17 jornadas.

El Monterrey, también instalado en la Liguilla pero con el objetivo de conservar ese tercer lugar para ingresar a la Fase Final con mayores probabilidades de éxito. Y al igual que los Tigres, con el deseo de coronarse antes como campeón de la Concacaf, por lo que ese título vale en sí mismo y como inmejorable impulso para recorrer mejor ese trayecto final de la Liga interna.

El Necaxa y el Pachuca, por un triunfo que a cualquiera de los dos -que hoy se enfrentan en cancha necaxista- le aseguraría un lugar en la Fiesta Final del torneo.

El América y el Cruz Azul, también por una victoria más (o un mínimo de tres puntos totales en los tres partidos) para asegurar su participación en la Liguilla; pero ambos con la obligación no sólo de clasificar, sino de ubicarse en mejor posición al entrar en ella.

Los Xolos en el umbral de la Fase Final, el Puebla y el Toluca con muchas esperanzas pero remotas probabilidades de cristalizarlas, y tres o cuatro equipos sin esperanza alguna.

Por CINCO boletos aún disponibles, lucharán siete u ocho contendientes en las tres jornadas restantes, aunque todo apunte para que los clasificados sean los mismos ocho equipos que en este momento ocupan esa zona.

Con el Morelia ya eliminado y las Chivas prácticamente también, pero urgidas de puntos que aligeren su precaria posición de cara a la lucha por la permanencia en 2020; lo mismo que el Querétaro, que hoy en día comparte con el Guadalajara el último lugar de esa próxima Tabla del Descenso, ambos apenas DOS puntos abajo del Atlas, antepenúltimo en esa tablita.

Finalmente, el inusitado caso de un Veracruz hace mucho descendido, pero a la espera de que los dueños del balón dejen a un lado sus convenencieros criterios selectivos y le permitan lo mismo que a los Lobos: pagar con lana en la mesa lo que perdió con su pobre futbol en la cancha.

Con todo y su peculiar sistema de competencia, así es nuestro futbol... y así funciona.

 
 
Twitter: @rgomezjunco