Señoras y señores, se sabía que la famosa junta de dueños, quienes traían sus mejores carros y trajes al ser fotografiados mostraron una realidad que no existe en el futbol mexicano, pues seguramente nadie habló del pésimo desempeño de la Selección en el año y festejaron la llegada de Miguel Herrera.
Además se le dio la bienvenida a la multipropiedad, en este caso por TV Azteca, dueña de Morelia y Atlas. ¿Quién protestó más?, el Atlante, lógico, ¿por qué? Porque tenía a modo al Atlas para acercarse en la tabla de cocientes, cuando Atlas tenga un técnico y jugadores diferentes se alejará y el Atlante si no se refuerza se irá al Ascenso.
Pensé que con la crisis que ha pasado el futbol mexicano este año iban a reequilibrar la riqueza y la pobreza en el mundo futbolístico, pero no. Esos desequilibrios son difíciles de sostener ante la fuerza de desarrollo financiero logrado en el mundo del futbol. Hay equipos poderosamente ricos y otros terriblemente endeudados en todos lados.
El problema es, para mí, el que haya multipropiedad, que la riqueza sigue concentrada en muy pocas manos, la recuperación futbolística no se ve aunque sí hay recuperación económica, ¿por qué? Porque el producto Selección vende, en TV abierta los tiempos se venden un año antes, el cliente paga pase lo que pase, clasifique o no. El Mundial es el gancho.
Por supuesto en la FMF todos saben, y en esas juntas más, que no existe la democracia; la democracia se convierte en absolutismo y éste se convierte en lo que indica el poder de una o dos personas: "Yo digo las cosas cómo se van a hacer, yo digo quién va a dirigir la Selección, contra quién va a jugar, en qué día, cuándo se concentra y con qué jugadores, y quién se lleva el gran pastel".
¿Cuánto tiempo tendremos para corregir todas esas tendencias de mercado raras y complicadas? Poco tiempo, seis meses, distancia al Mundial, pues diciembre es un mes que la gente usa para descansar y ver a la familia.
Por lo tanto, esa democracia que necesitamos tanto, que levantaría el estado de ánimo del futbol y el ciudadano que acude a los estadios, no existe, existe una economía aceptable, que saca las tripas del futbol a la luz pública, unas tripas muy deterioradas, pero así se quiere manejar y así se maneja, una ambición total y absoluta.
Esa democracia en definitiva de la que tanto se ha hablado es lo que espera la gente, y no es que se lo pregunte todos los días, sino que cuando se lo pregunte la opinión cuente, ¿creen que ante un sistema como el nuestro ese grupo de dueños implacables y multimillonarios necesitan una democracia que represente al aficionado, al futbolista, a los técnicos?
La decisión está tomada y punto, lo demás sale sobrando.
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