Mi relación con la ciudad de Guadalajara está íntimamente ligada al futbol. Aquellas jornadas en la tribuna, tras la disputa del partido preliminar con la reserva, disfrutando del juego estelar entre guasanas y lonches, fueron las primeras imágenes de lo que serían decenas y decenas de visitas a lo largo de muchos años.
Resulta muy curioso que en plena liguilla de la Liga MX la ciudad de Guadalajara, sin representación alguna en la disputa por el título de Primera División, se convierta en el centro de atracción nacional por las notas surgidas en tres de sus cuatro equipos.
Desde la presentación de Palencia, hasta el regreso del "Güero" Real, pasando por los transferibles en Chivas. Desde la venta del equipo, hasta el regreso de Tomás Boy, pasando por el constante cuestionamiento de la multipropiedad en Atlas. Desde la disputa de la Final en la Liga de Ascenso contra Necaxa, hasta el fenómeno desatado en la ciudad, pasando por la nostalgia que generan los Leones Negros.
La problemática de Chivas pasa por la urgencia de buenos resultados y la producción de jugadores representativos y ejemplares. Real, un extraordinario formador de jóvenes promesas, aunque aparentemente sin el perfil para dirigir futbolistas ya curtidos y mañosos, es el encargado de recuperar el prestigio arrastrado en los últimos torneos, junto a Palencia: un guerrero que tiene ante sí este reto para elevarlo entre los grandes o diluirlo entre el resto.
Atlas representa la desaparición del último Club en el futbol mexicano. Una marca establecida desde hace casi un siglo y con una de las aficiones más leales, pero también más golpeadas.
La UdeG es, hoy por hoy en Guadalajara, el equipo que más camisetas vende y, tal parece, el que más gente lleva al estadio. El lleno en el Jalisco para la Final de ida resultó sumamente emotivo, una prueba irrefutable de lo que ha significado la reaparición del llamado "equipo que nació grande". Con muy pocos años en la División de Ascenso, una nómina modesta y gran arrastre, los Leones Negros hoy son la mejor nota del futbol tapatío.
Guadalajara es una ciudad tan futbolera como encantadora. Las Chivas son apenas una parte del fanatismo que arrastra una población eminentemente apasionada por nuestro deporte. Me ha parecido maravilloso ver el Estadio Jalisco lleno para apoyar a la UdeG en esta Final, que ojalá sea el punto de regreso para muy pronto volver a consumir lonches y guasanas en ese único ambiente tapatío futbolero.
@felixatlante12
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