Con siete cambios en el once presentado seis días antes frente a Lobos BUAP, los Rayados contabilizaron su quinta victoria y mantienen la punta en la Liga.

El equipo de Alonso volvió a mostrar muchas deficiencias en el afán de tener el balón a ras de pasto. En Morelia no fue ni por mucho su mejor partido. Aunque siempre será plausible que los estelares que estaban en el banco (Pabon, Gallardo y Carlos Rodríguez) con tan sólo 20 minutos gestaron la voltereta en el marcador.

Ni los 17 puntos ganados o la condición de invicto apantalla tanto como los 20 goles marcados por 10 jugadores diferentes en apenas siete juegos. Y el trabuco que lidera Alonso aún posee una virtud más: sin la necesidad de jugar bien.

El Monterrey sigue tomando altura, ¿cuál será su techo? Reciben a Puebla, donde no veo problema, aunque el posible punto de inflexión lo podríamos ver cuando visiten a Chivas y luego se topen a los Tigres con partidos de la Concachampions en el inter. Veremos.

Del otro lado de la Ciudad de Monterrey, los Tigres hilaron cuatro partidos ganando. Al igual que a sus vecinos, Necaxa les hizo un partido muy igualado. Y ni el marcador de 3-1 parcial domó a los Rayos. Para mí, las formaciones no tienen vida propia, pero el sábado en el Universitario el 4-3-3 de Memo Vázquez asoló al experimental 5-2-3 de Ferretti. Atacar con Valencia, Gignac y Quiñones es alentador, pero defender con ellos tres en el campo es aterrador.

Ahora pasemos a la Capital, donde los Pumas, conscientes de lo que se jugaban, salieron por todas, embotellando al América durante buena parte del primer acto, al que no le quedó más remedio que buscar la contra.

Después del gol de González, los papeles se invirtieron (nada nuevo en nuestro futbol), aunque el marcador quedó intacto. América volvió a canjear las ideas por el ímpetu, la colectividad por la aventura individual y el tiro de fuera del área por la gambeta. Al igual que contra León, si no marca gol el equipo de Herrera, no puede tener la razón.

Y en cuanto al Cruz Azul, a Caixinha se le fue el gol, el juego colectivo, la lengua, el presidente deportivo y cuando se quebró el portugués Eustaquio, también el apoyo financiero del dueño.

Creer que los tres equipos de la Capital van a estar en Liguilla, hoy, ya no es una apuesta segura.

Y en el Clásico Tapatío, las Chivas mostrando su mejor versión, largamente esperada, aniquilaron a un Atlas que simplemente no sabe sacar resultados cuando no es favorito. La contundencia de Vega, la experiencia de Pulido, las remasterizadas gambetas de Brizuela, más al hermetismo en defensa que aportan Molina y Mier, sentenciaron el Clásico de Guadalajara.

El equipo de Cardozo lleva marcando tres goles en los últimos dos juegos. Y si aparece el gol, aparecerán las gloriosas Chivas.

PD. No es una letanía cualquiera: en el futbol lo absurdo es parte de la lógica.

Lo escrito, escrito, esta.

 
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