El definitivo partido entre las escuadras de México y Nueva Zelanda se jugó en Wellington unas horas después de ser escrita esta columna, pero varias horas antes de ser leída.
Sin embargo, como el tema es obligado, y para poder abordarlo, antes de saber qué pasó en ese partido damos por hecho que el 96 por ciento del boleto que tenía el equipo mexicano ya llegó al 100.
Porque en caso contrario, estimados lectores, ningún sentido tendría seguir leyendo esta columna.
Si es que aún lo tiene y la Selección Mexicana ya está clasificada, aunque no muy bien calificada, les corresponde a quienes toman las decisiones fundamentales demostrar que algo aprendieron de esta amarga experiencia con final feliz.
Porque no sólo se trata de elegir al director técnico idóneo y en este caso ratificar o no a Miguel Herrera como encargado de dirigir a la escuadra nacional por lo menos hasta el Mundial del próximo año, sino de realizar cambios más profundos que le permitan a esa escuadra aspirar a un futbol radicalmente superior al exhibido a lo largo del 2013.
Si no les gusta llamarle "fracaso" porque sienten que "se cumplió con el objetivo de conseguir un boleto para Brasil 2014", entonces por lo menos reconózcanlo como "susto"... y procedan en consecuencia.
Que de ese susto aprendan quienes deban aprender, y que el 2 de diciembre se presente un proyecto distinto con el que quede claro que a nadie dejó satisfecho el vergonzoso desempeño en la Eliminatoria, y que no se conforma ni debe conformarse una Selección Mexicana solamente con hacer acto de presencia en una Copa del Mundo.
Como de lo que se trata es de tener en ese evento mundialista una participación por lo menos decorosa, los movimientos realizados en la cancha y en la banca deben ser complementados por cambios en la mesa.
Y para evitar procesos eliminatorios tan desastrosos como éste se requieren cambios más profundos: trabajar mejor en Fuerzas Básicas, reducir la cantidad de plazas disponibles por equipo para futbolistas no nacidos en México, revisar y pulir el sistema de competencia, limitar a una sola vez por año la posibilidad de realizar intercambios, transferencias y contrataciones de jugadores.
¿Será mucho pedir que aprendan del susto?
gomezjunco@reforma.com
@rgomezjunco
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