Ya podemos respirar tranquilos.

A pesar de que todavía faltan otros 90 minutos del Repechaje contra Nueva Zelanda, no me cabe la menor duda de que México estará en la "terra do samba".

Con méritos, fueron los colores del America los elegidos para crear esa fusión con el Tri, pero al ver la impotencia e incapacidad de los neozelandeses podrían haber sido Santos, León, Morelia o cualquier otro equipo de nuestra liga y el resultado sería muy similar.

Amigos aficionados, al igual que a ustedes, a mí también me dio gusto, entiendo su euforia y más después de estar a 8 minutos de quedarnos fuera de la fiesta mundialista.

También reconozco que el combinado nacional que saltó a la cancha del legendario Estadio Azteca el miércoles pasado cumplió con su cometido y que el próximo miércoles seguramente dará la estocada final.

Este Tri se vio mejor que las ediciones anteriores, pero me niego a ilusionarme y los invito a que guarden la cordura para lo que sigue.

Ya viéndolos vestidos de mundialistas empecé a pensar en el futuro y para eso me vi en la necesidad de revisar el pasado.

Inteligentemente, cosa rara en la Federación Mexicana de Futbol, se utilizó al América como base, por ser el equipo que mejor estaba jugando en la liga y porque ya no había tiempo para preparar a otro. Hacerlo entender un nuevo sistema de juego sería correr riesgos y lo más viable rindió los dividendos esperados.

Pero al término de todos esos raros e inusuales sucesos en este quebrantado proceso tricolor que acabará este miércoles con México clasificado, dará pie para el arranque de una nueva etapa con Miguel Herrera diseñando el futuro tricolor.

Ya con más tiempo y sobre todo tranquilidad para trabajar, muy probablemente la invasión americanista sufrirá algunas bajas, aunque creo que será el que más aporte jugadores.

Jesús Molina, Luis Ángel Mendoza y "El Maza" Rodríguez son prescindibles y algunos "europeos" volverán.

Miguel cruzará los dedos para que otros de nuestra liga (apúrate Zavala) retomen la confianza y el nivel para tener un equipo más fuerte y competitivo para afrontar el Mundial carioca y que nos haga olvidar por siempre todo el sufrimiento que resultó ser esta eliminatoria.

La goleada frente a Nueva Zelanda que sirvió para prácticamente colocarnos en el país tropical de las bellas mujeres me alegró mucho, pero estoy renuente en ilusionarme, siento que para alcanzar nuestro próximo objetivo, el tan esperado quinto partido, nos falta un buen trecho y mucho, pero mucho trabajo.

 
 
careca@elnorte.com